Dolor y gloria
La Crítica
Pedro Almodóvar y Antonio Banderas se conocieron en 1980 y, desde entonces, no se han soltado, a pesar de la distancia y el tiempo. Considerados como una de las parejas cinematográficas más importantes de España, el manchego y el malagueño han rodado juntos ocho películas y ahora coinciden en Dolor y gloria, que en la pasada edición del Festival de Cine de Cannes dio a Banderas el Premio a Mejor Actor.
Contrario a sus proyectos previos, en los que Banderas interpretó a tipos apasionados, duros e incluso violentos, en Dolor y gloria hace todo lo contrario al darle vida a Salvador Mallo, un cineasta enfermo y deteriorado que vive inmerso en una depresión y que encuentra cierto alivio físico y emocional en el consumo del caballo (heroína). Gracias a esta droga, Salvador permite regresar a pasajes de su infancia, junto a su madre, cuando le enseñó a leer y a escribir a un analfabeta, o como cuando se enamoró de Federico, aquel argentino al que no le bastó el amor para salir de las drogas.
Dolor y gloria posiciona de nueva cuenta el nombre de Pedro Almodóvar en el panorama cinematográfico, luego de sus dos últimos “fracasos”, Los amantes pasajeros y Julieta, que no tuvieron gran trascendencia ni impacto, como otras películas del director de 69 años. Dolor y gloria es uno de los mejores filmes de Almodóvar, en el que se hace un viaje emocional profundo, salen a flote esas experiencias de antaño y en el que existe una reconciliación con ese pasado y con lo que a veces dejamos pendiente.
Lucero Calderón
ELENCO: Antonio Banderas, Penélope Cruz y Asier Etxeandia.
DIRIGE: Pedro Almodóvar.
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