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Asfixia

Kimberly Armengol

Kimberly Armengol

Rompe-cabezas

El presidente estadunidense, Donald Trump, continúa con su insana obsesión de aislar y destruir económicamente
a Irán.

En otro acto de prepotencia, Estados Unidos emprendió un bloqueo total a las exportaciones de crudo de la República Islámica y revocó los permisos especiales para China y otros siete compradores del petróleo persa. En pleno siglo XXI, una nación “autoriza” a otras dónde y cómo comprar combustibles.

Los ingresos petroleros son indispensables para la economía persa, que ha sido fuertemente golpeada por la inflación y la devaluación del último año.

Mientras tanto el acceso al estrecho de Ormuz podría estar comprometido, ¿será posible que ocho estados soberanos le den la espalda a Irán siguiendo las órdenes
de Trump?

De un plumazo (o tuitazo), ¿podrá Trump destruir uno de los mejores esfuerzos en política exterior que representaba el acuerdo nuclear?

 

TODOS SOMOS MINATITLÁN

Y todos somos culpables: Minatitlán, Cuautla, Veracruz, Tabasco, Estado de México.

La polarización por los trágicos acontecimientos de los últimos días trajo más división a nuestro ya fracturado país.

En este contexto, la discusión se divide en tres arenas: culpar a los gobiernos anteriores, exonerar a la actual administración o culpar de todos los males a quienes llevan unos meses en el gobierno.

En realidad, todos tienen la culpa y nosotros también: ¡usted y yo!

La ciudadanía ahora se sabe ilusa cuando creía que con la llegada de López Obrador tocaríamos el Edén.

Nosotros que somos huérfanos esperando la caricia y aprobación del padre imaginario encarnado en un todopoderoso presidente. Parece que nuestras huellas de abandono no nos dejan.

Tenemos la culpa por estar esperando pasiva y patéticamente que otros (cualquier otro) resuelvan nuestros problemas; somos aquellos que permitimos una desintegración grave del tejido social, esos mismos que permitimos la ignominia de la discriminación clasista, los mismos que callamos ante hechos inadmisibles. 

Aquellos que educaron a sus hijos para ser el primer lugar a nivel mundial de los buleadores ¿estamos orgullosos de nuestra creación? Somos culpables al permitir la prepotencia de nuestros hijos, enseñada con nuestro hipócrita ejemplo.

Esos cobardes que nos quejamos desde la seguridad de nuestras trincheras: tibios, frágiles y huérfanos.

Debemos señalarnos con el dedo a nosotros mismos cuando normalizamos la violencia, odiamos por redes sociales y nos gozamos viendo narcoseries. Cuando creemos que las frases de Pablo Escobar, el Popeye, Cara Cortada o el Señor de los Cielos son símbolos de vida.

Cuando distribuimos memes con las frases de “combate”, nos auto engañamos creyendo que los asesinados son víctimas de ajustes de cuentas. Creemos que al sentirnos buenos y puros tendremos un manto protector invisible en contra de la violencia que les toca a los otros, no a nosotros. Aseguramos que el Presidente vendrá a resolver todo sin mover nosotros un dedo.

Ilusos….

 

POST SCRIPTUM

No se puede perder el documental de Peter Jackson, They Shall Not Grow Old.

Una extraordinaria y verídica mirada a lo padecido por los efectivos que combatieron en la Primera Guerra Mundial, a todo color y en 3D.

Los desgarradores testimonios y las extraordinarias imágenes lo transportarán a ser parte activa del documental. Sin duda, una joya de la cinematografía.

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