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¿Por qué perdieron en la CDMX?

Ivonne Melgar

Ivonne Melgar

Retrovisor

Desde 2020, la operación electoral de la CDMX quedó en manos de la jefa Claudia Sheinbaum; su secretario de gobierno, Alfonso Suárez del Real; la secretaria de Morena, Citlalli Hernández; el senador Martí Batres y el otrora mago de los votos, René Bejarano.

Por instrucciones de Palacio, Mario Delgado, presidente del partido, no participó en la designación de los candidatos capitalinos ni recibió invitación para hacer campaña con ellos.

En voz baja, los morenistas hablan de soberbia por las buenas calificaciones del presidente López Obrador y de Sheinbaum, de candidatos malos y de alcaldes sin resultados. Pero las derrotas también fueron para políticos probados: Pablo Gómez, Javier Hidalgo y Alfonso Ramírez Cuéllar, hace ocho meses todavía dirigente del partido.

Quienes atestiguaron cómo se fue hundiendo Dolores Padierna en la Cuauhtémoc cuentan que se topó con reclamos diversos: damnificados del 85, Lobomhombo, taxis pantera, las ligas de su esposo René Bejarano, falta de propuestas concretas para el cobro de derecho de piso denunciado por ambulantes y hasta su admiración al modelo venezolano. 

Lo sucedido con la experimentada política ante la ganadora del PAN-PRI-PRD, Sandra Cuevas, de extracción morenista, debería prender los focos rojos del partido en el poder, ante las exigencias y las veleidades del electorado capitalino que en 2018 les depositó su confianza.

Pero se conforman con acusar al jefe de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, de haber operado en contra de Padierna, como si los ciudadanos pudieran activarse en función de los deseos de un solo hombre, cuando ni siquiera lo han hecho en torno al presidente López Obrador.

Por eso en el duelo morenista también se culpa a los capitalinos de la falta de fervor hacia el mandatario y se les descalifica de manipulados por campañas de desinformación.

En el fondo, esa explicación parte de un reconocimiento: “Fue un voto defensivo y preventivo contra AMLO”, nos dijo un funcionario de la ciudad.

“La jefa no delega, no hace alianzas, no organiza. Morena despreció a los aliados de causas ciudadanas de todas las clases sociales; se quedó con sus leales ciegos, radicales, desconocedores de la política”, evaluó un operador electoral.

Un experredista morenista habló del distanciamiento del votante liberal y demócrata al que no le gustan los modos de la 4T: maltrato al movimiento feminista, exaltación a los militares, austeridad neoliberal, manejo de la pandemia y ninguneo a la crítica y a los expertos.

No se trata de una debacle. Morena, con PVEM, PT y PES, sumaron, en la CDMX, para las diputaciones federales, un millón 776 mil 723 votos. Y el resto (PAN, PRI, PRD y MC) acumuló un millón 920 mil 450 votos.

De esa bolsa opositora, los panistas se llevaron un millón siete mil 505, versus el millón 486 mil 450 de Morena.

Porque la campaña del voto útil funcionó en zonas urbanas de clases medias y alta, donde los ciudadanos usaron a los panistas para ventilar su inconformidad.

Y aunque los conocedores del voluble elector advierten que el PAN no debe hacerse ilusiones porque Sheinbaum hará los ajustes necesarios de la mano de Palacio, los hechos están ahí: Margarita Zavala fue la candidata a diputada federal más votada del país.

El exdirector del Metro, el diputado local Jorge Gaviño, postulado por la coalición opositora, se reeligió en la morenista GAM.

El PES no pudo ser el nuevo PAN. MC tampoco consiguió entusiasmar a la capital del país. El PRD y el PT se achicaron. Y el problema de marca del PRI aquí fue mayor. 

Así que, mientras Mario Delgado fue exitoso al prolongar la ola del cambio del 2018 en el relevo de 11 gubernaturas, en las metrópolis del centro de la República cobró factura el ejercicio morenista del poder: en Puebla, Toluca, Naucalpan, Tlalnepantla, Metepec y en la CDMX.

De las 13 alcaldías que Morena gobierna, perdió seis: Azcapotzalco, La Magdalena Contreras, Álvaro Obregón, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Tlalpan. Éstas pasaron a la oposición que, además, conservó las tres que tenía: Coyoacán, Cuajimalpa y Benito Juárez. Y en éstas dos con votaciones del 65 y el 68% a favor de los alcaldes reelectos Adrián Ruvalcaba y Santiago Taboada.

Tampoco hubo suerte para Morena en las metrópolis de Jalisco y Nuevo León, donde MC lleva mano. 

Todos esos casos, juntos, le quitarán margen de maniobra al presidente López Obrador en la Cámara de Diputados y a la jefa Sheinbaum en el Congreso local. Frente a ese escenario, los duros de Morena que perdieron la CDMX reparten culpas: ¡Fue Monreal! ¡Fue Mario! ¡Fueron los medios! ¡Fue el odio!

Lo cierto es que los márgenes de la política se ampliarán para quienes se atrevan a hacerla. ¿Tendrá Sheinbaum la audacia de dejar de ser sólo la protegida de Palacio?

Aunque no lo admitan públicamente, Delgado y Marcelo Ebrard saben que hacer política es la ruta. Y Monreal sonríe porque no tiene que pedir permiso para hacerla. 

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