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Un López Obrador a la inversa

Francisco Garfias

Francisco Garfias

Arsenal

A la oposición le urge articularse. Encontrar una especie de López Obrador a la inversa. Alguien que logre capitalizar la creciente inconformidad que hay en la población en contra de la 4T.

Un valiente que no tenga cadáveres en el clóset. Inmune a las presiones del gobierno que, lo hemos visto, no vacila en utilizar expedientes judiciales para revertir tendencias negativas en las encuestas.

Lamentablemente, hoy no se ve a nadie con los atributos para ganarse la confianza del México desanimado.

El más reciente estudio de GEA-ISA, empresa de consultoría económica y política, refleja que 48 por ciento de los mexicanos siente preocupación, enojo o miedo por la situación del país.

Los que sienten esperanza o están orgullosos de la situación del país suman 44 por ciento. Otro 7 por ciento contestó que no sabía.


 

* ¿Quién puede capitalizar el descontento? ¿El gobernador Alfaro, de Jalisco? Se desinfló. ¿Javier Corral? Ni siquiera aparece en el “top ten” de los gobernadores mejor calificados. No puede con la violencia.

¿Ricardo Anaya? Su imagen quedó tocada por los señalamientos que se le hicieron en la administración anterior. ¿El Bronco? No es lo que proyectó en sus inicios. ¿Margarita Zavala? No le alcanzaron las firmas para una candidatura independiente.

Los partidos de oposición tampoco cosechan a los desilusionados de Morena. El PAN anda en un 16 por ciento en la intención de voto. El PRI tiene 10 por ciento y el PRD, 2 por ciento. Morena suma 28 por ciento. El 43 por ciento no respondió.

En el seno del partido en el poder sólo a dos —a lo sumo tres— se les ven tamaños para suceder a López Obrador: Marcelo Ebrard, a quien hasta vicepresidente le dicen, y el senador Ricardo Monreal, constructor de acuerdos.

Zoé Robledo empieza a dar color, pero Claudia Sheinbaum es una decepción. A Tatiana Clouthier, quien tiene buena aceptación, le falta proyección.

Entre los que están cerca de Morena, pero no militan, estaría el exrector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente.

Y más allá de los partidos ¿por qué no un perfil tipo José Woldenberg?

En el PRI no se asoma nadie. La marca está devaluada. Del PRD mejor ni hablamos. El MC tenía en el mencionado Alfaro su mejor opción.

Oficialmente quedan poco menos de cinco años para encontrar, preparar, proyectar y hacer crecer ese López Obrador a la inversa. Hay condiciones, pero hay que articularse.


 

* Y cuando hablamos de descontento no me refiero únicamente de la clase media para arriba, sino a sectores que se sienten perjudicados por los cambios en la política social.

Un 26 por ciento de los supuestos beneficiarios de los programas, con sesgo electoral, están inconformes por retrasos o porque de plano los sacaron del padrón de beneficiarios; contra un 18 por ciento que se declaran satisfechos, según la citada encuesta. El 44 por ciento respondió que “igual que antes”.

Es cierto, sin embargo, los programas sociales son un soporte para la todavía alta aprobación del presidente López Obrador (57 por ciento).


 

* Más sobre inconformes. Nos hacen saber el nerviosismo que existe en empresas mineras por la amenaza de aplicar impuestos adicionales a la industria en el estado de Sonora, el mayor productor a nivel nacional.

Karen Flores Arredondo, directora general de la Cámara Minera de México, advirtió que de aprobar la gravosa propuesta, la carga fiscal de las empresas establecidas en la entidad sería del 73.5 por ciento de sus ganancias.

“Eso haría inviable la inversión y el crecimiento de las unidades mineras en Sonora, al tiempo que restaría competitividad al Estado”, puntualizó.

El valor de la producción minera nacional es de 120 mil millones de pesos. Más de la tercera parte corresponde a Sonora.

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