Los olvidados
En la vida pública hemos visto a quién sabe cuántos políticos que llegan, se mantienen por inercia coyuntural, pero su trascendencia es nula. Fallecidos María de los Ángeles Moreno y Porfirio Muñoz Ledo, ¿quiénes quedan con verdadera altura de miras?
Con la expulsión de un puñado de priistas del partido del poder por más de siete décadas (que no el partido en el poder), se acelerará un recambio en los rostros de los protagonistas de la política mexicana de la siguiente década. Hace una semana, el Consejo Político Nacional del PRI accionó la guillotina sobre las cabezas de los senadores Claudia Ruiz Massieu, Miguel Ángel Osorio Chong, Nuvia Mayorga, Jorge Carlos Ramírez Marín y Eruviel Ávila, además de Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo.
La metáfora (mala) del artefacto inventado en la Revolución Francesa destinado a los condenados a la pena capital sirve meramente para ilustrar que casi todos los arriba mencionados no podrán trabajar más con convicción y amor a México, por mucho que afirmen lo contrario. Desterrados hoy, olvidados mañana. Llegó la hora de entrar de lleno a la vida civil. A estas alturas resulta notable que el único dinosaurio en el horizonte sea Manuel Bartlett.
Hacia finales de marzo de este año, Claudia Ruiz Massieu, en el marco de sus (genuinas) aspiraciones, señaló que “me encantaría que fuera una contienda entre mujeres, que fuera una contienda entre Claudias, y yo estoy lista para encabezar un proyecto amplio con la sociedad civil y los partidos políticos de oposición”. Pasados los meses, la realidad es muy distinta.
Anunciadas sus expulsiones, Ruiz Massieu y Osorio Chong, muy orondos, señalaron, oportunamente, que semanas atrás ellos renunciaron al partido, por lo que la expulsión está de más. Tienen razón. Sin embargo, que en el currículum de ambos figure su tiempo de servicio como secretarios de Estado y actualmente lo hagan desde la Cámara alta no implica, como se ha visto, que los riesgos hayan sido calculados. Además, acusaron a Alito Moreno, el dirigente del tricolor, de “mentiroso, traidor y corrupto”, de “jugar contra el PRI”, es decir, descubrieron el agua tibia.
A este par de senadores en particular les resta culminar su actual gestión, a menos que el chapulineo esté en sus planes o alguna embajada los espere como premio de consolación, tal como algunos de sus excorreligionarios (situación que se antoja difícil). Por lo demás, la ataraxia no es mala opción para ambos.
En la vida pública hemos visto a quién sabe cuántos políticos que llegan, se mantienen por inercia coyuntural, pero su trascendencia es nula. Fallecidos María de los Ángeles Moreno y Porfirio Muñoz Ledo, ¿quiénes quedan con verdadera altura de miras? Pienso, principalmente, en Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez. Quizás alguien más por ahí. Muy lejos de esa lista, a años luz, están la excanciller y el extitular de Gobernación durante el peñanietismo. Ya que estamos en gente que no tardará en ser parte del anecdotario, el propio Marcelo Ebrard, por lo visto hasta el momento, tiene mayores posibilidades de robar Cámara en los años por venir. Confiados los morenistas en reforzar la 4T el siguiente sexenio, aparentemente ya inició la operación cicatriz con el ex de Relaciones Exteriores de López Obrador.
En ese escenario de los que se van y los que permanecerán, el Frente Amplio por México acusa una merma de energía con la que anunció su creación y celebró a su candidata, proceso no exento de dudas y vergüenzas. Xóchitl hoy en día está más sola que un cuidador de faro. Distinguidos colegas de éste y otros medios informativos han puesto las alarmas en ese hecho. Y es demasiado tarde para echarla a los leones, para acabarla. México merece una oposición firme e inteligente, pero, como en la prepa, no se puede aspirar a un 10 de calificación en la última semana de clases, cuando ni se estudió ni se hizo la tarea en todo el ciclo escolar.
