Las dos preguntas de Jimmy Carter
Su política de contención y disuasión ante la Unión Soviética durante sus años como presidente de EU le cobraron factura, pero esa decidida voluntad lo condujo a adquirir prestigio internacional como mediador para resolver conflictos bélicos.
A Adrián Sierra.
En febrero, Jimmy Carter, expresidente de Estados Unidos, cansado de la ida y vuelta a los hospitales, decidió iniciar sus tratamientos paliativos, pero el 1 de octubre cumplió 99 años. Citado por The New York Times, su nieto, Jason Carter, señaló que la familia pensó que la despedida del abuelo duraría menos de una semana. Ya pasó más de medio año.
Con sede en Atlanta, el Centro Carter, un instituto de investigación, entre otros, de procesos electorales, democracia y derechos humanos que fundara al siguiente año de entregar el Despacho Oval de la Casa Blanca, celebró en grande el cumpleaños del también premio Nobel de la Paz de 2002 mediante miles de fotografías digitales de convocatoria global.
“¡Es simple! Para compartir sus saludos de cumpleaños, recuerdos y mensajes de amor con el expresidente, dele clic al botón ‘enviar mensaje’”, señala la invitación en el sitio web del Centro Carter. “Añada una foto, ya sea un recuerdo personal o una instantánea de un momento histórico. O comparta una foto o video de usted mismo, un lugar favorito, una cita o una obra de arte original. Juntos, vamos a crear un mosaico de imágenes que reflejen su increíble vida y legado para celebrar sus 99 años. ¡Estamos ansiosos por ver sus colaboraciones!”. Hasta el momento se han recibido más de 19 mil 500 mensajes de más de 100 países.
Su política de contención y disuasión ante la Unión Soviética durante sus años como presidente de Estados Unidos, de 1977 a 1981, le cobraron factura, pero esa decidida voluntad lo condujo a adquirir prestigio internacional como mediador para resolver conflictos bélicos como en el de Etiopía y Eritrea, en 1989, o establecer alto al fuego, como el caso de Bosnia, en 1994, además de preparar delegaciones que han fungido como observadores en elecciones de América, África y Asia.
Su discurso ante la Academia Sueca incluyó con una fuerte crítica a la entonces administración de George W. Bush, quien en enero de ese año emprendió la “guerra contra el terror”. Carter sabía de lo que hablaba: “En lugar de entrar en un milenio de paz, el mundo es ahora, en muchos sentidos, un lugar más peligroso. La mayor facilidad para viajar y comunicarse no ha ido acompañada de una comprensión y un respeto mutuos iguales. Hay una plétora de guerras civiles, no restringidas por las normas de la Convención de Ginebra, en las que una abrumadora parte de las víctimas son civiles desarmados que no tienen capacidad para defenderse”.
El primero de la casi veintena de libros que tiene escritos, ¿Por qué no lo mejor? (Editorial Mundo Hispano), publicado antes de competir por la Casa Blanca, para nada, aclara Carter, es “una autobiografía política”, tiene el doble efecto de unas memorias precoces y una declaración de principios. Asimismo, resulta importante para cualquier gobernante mediante dos preguntas esenciales: “¿Puede nuestro gobierno ser honesto, decente, abierto al pueblo, justo y compasivo?” y “¿Puede nuestro gobierno ser competente?”. No le caería mal a todo candidato a puestos de elección popular, que se precie digno de esa confianza, responder a ese par de interrogantes de Jimmy Carter.
CAJA NEGRA
Y en otro orden de ideas, como dicen los periodistas, entre las fotografías del mencionado libro, hay una de Carter, súper aficionado de los Bravos de Atlanta, con el pelotero Hank Aaron, el día que rompió el récord de jonrones de Babe Ruth. Juntos sostienen una placa con el número “715" (Aaron se retiró con 755 vuelacercas). Este 2023, los Bravos calificaron a playoffs como la mejor novena de la Liga Nacional con 104 juegos ganados. ¿Llegarán a la Serie Mundial? Quizás Jimmy Carter tenga la respuesta.
