El hábito de un ser riguroso
Llevar una vida sana requiere de mucha disciplina. Y cuando falla nuestro ser riguroso, buscamos siempre un atajo para perder un poco de peso. Generalmente nuestra decisión es errónea porque de nada nos sirve comer para después no cenar, o dejar a un lado el desayuno ...
Llevar una vida sana requiere de mucha disciplina. Y cuando falla nuestro ser riguroso, buscamos siempre un atajo para perder un poco de peso. Generalmente nuestra decisión es errónea porque de nada nos sirve comer para después no cenar, o dejar a un lado el desayuno para entonces comer postre. Aunque se trata de una elección, no es la correcta. Una dieta variada y equilibrada consta en elegir menos grasas, más frutas y verduras y practicar alguna la actividad física. Tener afecto por todo esto conduce a un peso saludable. Esta teoría, además de conocida, es enunciada por todas partes. Aun así, la práctica no siempre es fácil. Muchas veces se debe a la falta de información, la actitud, la percepción, el miedo o las falsas creencias personales que afectan al comportamiento alimentario y al seguimiento de una dieta.
La mayoría somos capaces de concretar una dieta, incluso somos conscientes de los hábitos alimentarios que deberíamos mejorar. Pero “del dicho al hecho, hay mucho trecho”. ¿Cuántos hacemos algo por cambiar? La neta es que el cuidado del cuerpo empieza con la voluntad. Independientemente de la información, el chiste es querer. Aunque la decisión nutricional que tomes no sea perfecta, por lo menos ya estás tomando “cartas sobre el asunto” y te estás encaminando a una vida mejor. Una vida saludable que poco a poco se irá dotando de la información correcta y podrás ir haciendo los cambios pertinentes conforme te vayas enterando de cosas nuevas. El chiste es empezar. Aunque sea con la típica pechuga de pollo y verduras al vapor. Ya verás que te irás dando cuenta de que hay vida más allá de la plancha e irás mejorando tus decisiones culinarias en el ámbito de la salud.
Muchas personas que conozco afirman sentirse conformes con su peso aunque resida lejos del índice saludable. No sé si esto se deba a la resignación o al miedo. Pero sí siento una quietud de pensamiento y actitud. Existe un tremendo temor a la alimentación sana. Algunos, por aburrimiento culinario o monotonía y otros por temor a un déficit nutricional. Muchos piensan que al limitar las calorías, también delimitan su contenido nutricional y no es así. Claro está, mientras se coman suficientes frutas y verduras. ¿Cuántas mujeres le temen a la osteoporosis y simplemente no se meten a un régimen por miedo? Por donde la veas “somos lo que comemos” y definitivamente la resignación es el peor error.
La realidad es la realidad. Por más que la queramos evadirla, ahí esta. No sirve de nada porque solamente te aleja de la calidad de vida que te mereces. Muchas personas que sufren sobrepeso ni si quiera saben que tienen sobrepeso. Pero cuando les preguntas sobre sus hábitos alimenticios son capaces de subrayar sus errores. Entonces hay algo que cambiar y algo que hacer. Y esto aplica para quienes sentimos que nuestro peso se encuentra en rango. Porque más allá de la teoría de la gravedad están la salud y todos los órganos que nos hacen sentir bien y funcionar como se debe. Aunque la báscula se empolve, se llama bienestar y se obtiene sobre el filo de la delicada línea de la disciplina.
Todos somos conocedores de la necesidad de seguir una dieta adecuada en beneficio de la salud. Es más, sabemos qué tipo de grasas debemos y no consumir. Sabemos cuántas tortillas debemos de comer y también sabemos que nos hace falta comer más verduras. Sin embargo, pocos actúan sobre su sabiduría. Mejor dejan de comer y “empatan”. Buscan pastillas aunque no crean en ellas. Y reconocen su sobrepeso sólo antes de ir a la playa. Se conforman con bajar tres kilos pero nunca los mantienen. Lo que llama mi atención es que bajan esos kilos sin la ayuda de un profesional. Esto se traduce en que sí podemos intentar llevar una dieta porque, de alguna manera, estamos informados. No tengas miedo. La salud está al alcance de todos y la obtienes en el gimnasio y en el mercado. Te invito a llevar una vida sana libre de miedo y de tabúes. Abre tu mente porque en ti habita un ser riguroso que te habla... sólo tendrás que hacerle caso.
