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La COP26 como punto de inflexión: de las negociaciones a las soluciones climáticas

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

 

Por Luigi De Chiara* y Gautier Mignot**

 

Frente a la crisis climática debemos actuar con urgencia. El monitoreo científico del cambio climático no deja lugar a dudas sobre las dramáticas consecuencias a las que nos enfrentaremos si no lo hacemos. En México, ya hemos visto consecuencias tangibles del cambio climático y, a nivel global, queda claro cómo la crisis climática está afectando la paz, la seguridad y la prosperidad de las sociedades.

En el transcurso de los últimos años, la comunidad internacional ha intensificado sus esfuerzos para implementar el Acuerdo de París de 2015, cuando casi la totalidad de los países asumieron compromisos vinculantes. A pesar de ello y de los notables progresos tecnológicos logrados en los últimos tiempos, la ciencia y el reciente informe del IPCC nos dicen que lo que se ha hecho hasta ahora no es suficiente. De hecho, la brecha entre nuestra ambición y la realidad está creciendo.

El cambio climático afecta en mayor manera a las personas más pobres y a las más vulnerables. Para ellas, la crisis climática se suma a la económica y social, agravada por covid-19, y aumenta más las desigualdades. Si no tomamos ahora las medidas adecuadas, los jóvenes de hoy y las generaciones futuras se verán afectadas por un riesgo proporcionalmente mayor, ampliado por el impacto del cambio climático.

Es en este contexto, en los próximos días, la Cumbre de Líderes del G20, en Italia, podrá adoptar —con el apoyo total de los socios europeos y, esperamos, con el convencido aporte de México— compromisos para ayudar a contener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados, para promover estrategias globales para la transición verde y potenciar las finanzas globales para el clima. Recientemente, Italia organizó el evento Youth4Climate: DrivingAmbition en Milán, en el que participaron 400 jóvenes —entre ellos tres brillantes mexicanos— que debatieron y formularon propuestas sobre los problemas del cambio climático. En el encuentro, los jóvenes reafirmaron la urgencia de forjar una “sociedad más consciente con el clima”. La lucha contra el cambio climático, dijeron los jóvenes europeos, latinoamericanos y del resto del mundo, debe estar presente en todos los ejes de nuestro tejido económico y social, y convertirse en una verdadera “prioridad”. El objetivo de “cero emisiones” debe ser nuestra brújula.

Este es el mensaje que también esperamos llegue con fuerza a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de Glasgow a partir del 31 de octubre, donde también participarán jóvenes mexicanos. En la COP26 todos los países serán llamados a comprometerse con objetivos más ambiciosos para reducir las emisiones nocivas para el clima, tanto a corto plazo, con nuevos compromisos, como a largo plazo, presentando estrategias hasta mediados del siglo.

La Unión Europea (UE) ya ha logrado reducir sus emisiones en un 24% en comparación con 1990, alcanzando un crecimiento económico del 60% durante el mismo periodo. Los nuevos objetivos que se fijaron son ambiciosos: reducción del 55% de las emisiones para 2030 (originalmente era del 40%) en comparación con 1990 y cero emisiones para 2050.

Para alcanzar los objetivos se lanzó el Pacto Verde Europeo. Una transformación radical de la economía y de los hábitos de vida en un sentido más “verde”. La UE es el principal contribuyente mundial de financiamiento para la lucha contra el cambio climático, en particular en los países más vulnerables y aumentaremos nuestra contribución. No obstante, cabe mencionar que la UE es responsable únicamente del 8% de las emisiones globales, por lo que  sus esfuerzos por el planeta serán en vano si los otros países no hacen su parte.

México tiene un papel muy importante a nivel regional, tal como lo ha demostrado su rol como presidente de la Celac. Es también un actor líder comprometido con el Acuerdo de París para llevar a cabo una sustancial reducción de sus propias emisiones. Asimismo, cuenta con una de las poblaciones más jovenes del mundo que tiene todo que ganar al garantizar a las nuevas generaciones un futuro más sustentable, seguro y equitativo, compromiso reafirmado por el gobierno mexicano al sumarse al Compromiso Global sobre el Metano. Por ello, es fundamental que siga dando el ejemplo con nuevos compromisos y una estrategia de largo plazo ambiciosos.

Trabajando juntos podremos avanzar en Glasgow para enfrentar este desafío, en nuestro beneficio y sobre todo para el de las futuras generaciones.

 

***Firmado en conjunto con los embajadores de los países

miembros de la Unión Europea acreditados en México.

 

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