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La justicia según López Obrador

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Carlos Elizondo Mayer-Serra

Contrapunto

El viernes pasado, ante familiares de víctimas en el Segundo Diálogo por la Paz, la Verdad y la Justicia, y ante el reclamo airado de la falta de castigo, de la indiferencia frente a sus peticiones de por lo menos información, tras haber escuchado pacientemente con la cara desencajada las historias de los familiares ahí presentes, por primera vez le agregó al perdón propio de todos sus discursos: “va a haber justicia en lo que humanamente esté de mi parte”.

Humanamente, lo que debe hacer el Presidente es hacer cumplir la ley y construir instituciones que garanticen que ésta no sea letra muerta. Primero, para prevenir futuros delitos y futuras víctimas. Segundo, para iniciar con rigor las investigaciones cuando haya crímenes. La impunidad en materia de homicidios es inverosímil. De cada 100 casos de asesinato, sólo en 5 hay condena a un responsable (https://bit.ly/2JVBwnk). Los homicidios atraídos por el gobierno federal no han dado mejores resultados: de 400 casos de homicidio que atrajo la PGR entre enero de 2010 y mayo de 2018, apenas 2 casos tuvieron sentencias condenatorias (https://bit.ly/2MsxOGl).

En materia de corrupción no ha cambiado el discurso de AMLO. Al día siguiente del Segundo Diálogo, se le preguntó expresamente si Rosario Robles, antes titular de la Sedesol y ahora de la Sedatu, era un mero chivo expiatorio. Durante sus gestiones fueron desviados mil 300 millones de pesos, 700 de ellos en efectivo. Su respuesta fue contundente: sí, es un chivo expiatorio. Es un circo de la mafia del poder. Él no va a perseguir a nadie, “sino que dejará que las indagatorias sigan su curso”.

Hacer eso equivale a olvidar el delito. La PGR trabaja por encargo. Para actuar o para olvidar. A Robles no le han probado nada, como lo dice con contundencia la presunta culpable bajo cuya mirada se esfumó el dinero en dos instituciones con el mismo patrón delictivo. Nada le han encontrado porque nadie ha buscado. La Auditoría Superior de la Federación hizo su trabajo y luego Reforma publicó un mapa detallado de cómo fue a dar el efectivo a una serie de empresas fantasma. No han dado la instrucción, como sí lo hicieron para buscarle al entonces candidato Ricardo Anaya cualquier presunta anomalía. Un caso puede estar listo para iniciar la consignación, como el de Odebrecht, según el entonces procurador el día que renunció, para luego ser congelado.

¿Por qué AMLO no quiere enfrentar la corrupción del pasado? La hipótesis fácil es que eso pactó con Peña Nieto. No lo sé. Otra hipótesis es que cree que basta con mostrarse honesto para resolver la epidemia de corrupción, aunque en estricto sentido ambas no son excluyentes. Otra más es que va a dejar esa carta para el futuro.

La razón expresa de AMLO es que no perderá tiempo en el pasado. Al no haber diálogos por la honestidad y el castigo a los corruptos, y porque el enojo social al respecto es más difuso, no verá directamente ese profundo malestar social ante la impunidad.

Pareciera que para AMLO la única justicia que vale es la redistributiva. Todo su discurso ha girado en torno a ese principio. Cómo hacer un país más justo en términos de la repartición de la riqueza. En sus propuestas iniciales, la desigualdad se resuelve quitándole a la abusiva clase política: bajando salarios, eliminando prebendas, quitando apoyos, despidiendo personal, enfrentando la corrupción. Esos ahorros financiarán sus programas sociales. Es políticamente muy rentable porque nadie va a salir a defender a los desprestigiados políticos.

Parece que ya se dio cuenta de que no será suficiente. “Posiblemente por la situación de bancarrota en que se encuentra el país no podamos cumplir todo lo que se está demandando”, dijo este domingo. Hace poco más de dos semanas dijo que recibía un país estable y sin crisis económica. En el programa de radio de Denise Maerker, el futuro subsecretario de Egresos, Gerardo Esquivel, aclaró que bancarrota en el sentido de que hay más demandas de gasto que recursos. Si fuera esa la definición de bancarrota, todo gobierno estaría en esa situación.

No dudo que para muchos de quienes votaron por AMLO su preocupación central sea la justicia redistributiva. No sé si, dadas las restricciones de gasto público que enfrentará el futuro gobierno, sus expectativas serán cumplidas. Pero el electorado enojado por la corrupción y por los cientos de miles de asesinados y desaparecidos, lo que está esperando es la justicia que lleva ante la ley y castiga al responsable de violarla. El fin de la impunidad. Eso no es venganza. Es cumplir con las obligaciones de ser Presidente.

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