Persiste la deshumanización en la medicina
Ernst Von Leyden decía: “El primer acto terapéutico es darle la mano al enfermo”.
SALUD. El humanismo, dentro del ámbito médico —público y privado— se nutre de principios y normas que constituyen el dominio de la ética médica. Hoy más que nunca la ética médica está adquiriendo gran interés como respuesta a la preocupación, cada vez mayor, que ocasionan los cambios debidos al auge de la medicina institucional y a la creciente aplicación de innovaciones tecnológicas en el campo de la salud; situaciones ambas que tienden a despersonalizar la práctica médica y lo que constituye lo que se ha denominado muy acertadamente la deshumanización de la medicina. Deshumanización es un vocablo utilizado usualmente en relación con las ciencias sociales y, a veces, con las políticas, y podría ser definido como un proceso mediante el cual una persona es despojada o pierde sus condiciones humanas; muchas veces ese proceso de deshumanización está vinculado al desarrollo tecnológico. Ernesto Sábato desarrolla un pensamiento que cuestiona la sociedad tecnológica como “una fuente de vida deshumanizada”. Algunos investigadores en el ámbito internacional entienden por humanismo médico a todo el conjunto de valores, actitudes y prácticas que promueven una auténtica valoración de servicio y dan lugar a considerar al paciente como un semejante que sufre y solicita alivio. Los aspectos más significativos que promueve el humanismo médico son: el afecto, el apoyo, el respeto y la solidaridad; valores que pueden ser favorecidos mediante una formación cultural que amplíe el aspecto formativo desde una dimensión que le permita un mejor desempeño.
Os recuerdo que ahora que tanto se maneja que la atención médica —pública y privada— debe tener calidad y calidez, muchos pacientes tratan de constatar si ese binomio se da. También se preguntan: ¿Cuántos médicos toman en cuenta aquella frase del afamado patólogo español José Letamendi, quien a principios del siglo XIX decía: “Quien sólo sabe de medicina, ni medicina sabe”. Se atribuye a Hipócrates el primer tratado médico, conocido como Corpus Hipocrático, sin hablar del humanismo como tal, ya que ese término no había sido acuñado. La medicina hipocrática estableció una serie de criterios y formas de proceder que la hacen eminentemente humanista.
Os agrego que a principios del siglo XX el médico alemán Ernst Von Leyden les decía a sus alumnos: “El primer acto terapéutico es darle la mano al enfermo”; con ello subrayaba el papel benéfico de la relación médico-paciente que ya para entonces comenzaba a deteriorarse.
TRES APOSTILLAS. Un poco después, William Osler afirmaba que el acercamiento al humano sufriente es el puntal para la buena práctica médica, imbuida de ciencia y usando la tecnología que esté a su alcance siga siendo buena y humanística. Por otra parte, se ha señalado cómo por ese luchar entre las ciencias y las humanidades, la medicina vendría a poner ese humanismo que el mundo requiere urgentemente para que la tecnología permanezca al servicio de los fines humanos. No sin razón se dice que la medicina “es la más científica de las artes, la más artística de las humanidades y la más humanista de las ciencias”. La medicina es donde el humanismo adquiere mayor significado.
SALUD Y SALUDOS.
