Tula no se levanta de inundación

La vida en este municipio ya no es la misma, reconoció Berenice Pecina Jiménez, presidenta de la Gran Asamblea de Damnificados.

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TULA.– A 2 años de la inundación de Tula, ocurrida entre la noche del 6 y madrugada del 7 septiembre de 2021, y que provocó pérdidas totales del patrimonio de alrededor de 3 mil hogares y cientos de comercios, así como el deceso de 17 pacientes covid19, la ciudad aún no se levanta.

La vida en este municipio ya no es la misma, reconoció Berenice Pecina Jiménez, presidenta de la Gran Asamblea de Damnificados.

Hay casas a las que ya nadie regresó a vivir, encontramos muchas casas deshabitadas”.

La activista estimó que cada una de las casas perdió entre enseres, muebles, electrodomésticos, autos, entre “250 mil a 400 mil pesos las más humildes, pero hubo a quienes se afectó hasta con tres millones, pues hubo quienes perdieron hasta la barda perimetral”.

Por ello, reconoció, Tula aún no se levanta, “eso va a ser un tema muy complicado, pues para hacerte de tus cositas, en cada casa, para comprarlas no fueron dos, tres, cuatro años, sino que llevo 10, 20, 30 años, te lleva una vida hacerte de tus cosas”.

Agregó que 10 mil pesos que se dieron de apoyos, un colchón de calidad media y una base tubular desechable, un refrigerador y una estufa, fueron nada y a nadie devolvió “el confort que tenías”.

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A estas afectaciones, continuó, se suma la pérdida de plusvalía del patrimonio.

No se contempló un pago por reparación del daño a la propiedad, perdimos plusvalía de nuestras viviendas. Si hoy quieres irte de Tula y vender tu espacio, te sale una cuarta parte de lo que inicialmente valía”.

Sobre la reactivación económica, afirmó que esta va lenta y han sido los propios comerciantes quienes la están impulsando, con préstamos, pues “no hubo mayores apoyos a los comerciantes para tener una reactivación económica digna “.

Además, dijo, las obras de mitigación del río Tula han impactado negativamente en los márgenes del río, los cuales incrementaron y han provocado desgajamiento de tierra, lo que ha causado daños a inmuebles.

Si se hace un análisis minucioso de lo que hay de daño en la ribera del río, son varias casas en riesgo; está el caso de la barda del señor Roberto Nares, que colapsó y cayó. Conagua le dijo que estaba en riesgo y quedaron apoyar con los daños, pero hasta hoy no se ve claro”.

Pecina Jiménez consideró que dichas obras fueron impuestas, “nos hicieron necesario este proyecto que Tula no requiriera, era un riachuelo, después de esta obra hay un daño colateral mayor cada que llueve, porque los márgenes se incrementaron entre 15 y 20 metros”.

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