Abraham Pérez, diseñador gráfico de Chiapas, padre de 2 hijos fue diagnosticado con insuficiencia renal crónica, a pesar de que inició con su tratamiento para la enfermedad en su hospital de zona en Bochil, los médicos especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social le indicaron que para continuar con vida necesitaba un trasplante de riñón.
Karen Pérez, hermana de Abraham, fue compatible para donarle el órgano y a pesar de no vivir en Chiapas decidió ayudar a su hermano mayor.
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Ambos se trasladaron a la Unidad de Trasplantes del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS en la Ciudad de México donde tras realizar los estudios necesarios al donante y al donador y tras ser aprobado por el comité de Trasplantes del Instituto se realizó la intervención quirúrgica.
Al donante se le hacen tres incisiones donde se introduce el instrumental para hacer la disección del órgano, después se hace una incisión de 10 centímetros para extraerlo con una técnica llamada lumboscopía.
Esta técnica solamente se hace en nuestro hospital y la experiencia que tenemos con esta técnica es muy buena para nuestros pacientes de tal manera que al segundo día se pueden ir a su casa y pronto se pueden recuperar en su domicilio”, de acuerdo con el doctor Ramón Espinoza, jefe de la Unidad de Trasplantes del Hospital de Especialidades Siglo XXI.
La cirugía del receptor es más larga y tampoco se abre cavidad, se trabaja en retroperitoneo, se disecan los vasos iliacos y ahí se coloca el riñón, además se realiza una cirugía de la vía urinaria.
Luego de 5 horas en quirófano la operación fue todo un éxito.
Terminando la intervención tanto el receptor como el donador regresan a la unidad de trasplantes, el servicio que reciben es considerado como una terapia intermedia.
El donador ingresa a una cama normal sin cuidados especiales y después de 2 horas puede irse a su hogar.
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En el caso del receptor ingresa a un cubículo aislado durante 3 días donde se le da un manejo especial: comida, sábanas, todo estéril para evitar una infección.
Al año el IMSS realiza un promedio de 180 trasplantes de riñón.
Abraham agradece a su hermana la donación: “Un pedacito de ella está dentro de mi cuerpo y eso es muy preciado me dan muchas ganas de llorar por ese sentimiento que mi hermana ha mostrado hacia a mí, ofreciéndome este hermoso regalo que me da la oportunidad de seguir viviendo”.
Karen se encuentra orgullosa de poder ayudar a que su hermano siga con vida: “Me siento feliz por poder tener la oportunidad de hacerlo, que bueno que ya pasamos todo esto que le eche muchas ganas”.
A dos meses de la operación los hermanos recuperan su vida poco a poco. El llamado es a donar a quienes más lo necesitan.
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