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Nacional

El nuevo arte de amar; matrimonios se disuelven en pandemia

La interacción en entornos digitales transformó los vínculos afectivos y el compromiso emocional: especialista

CLELIA HIDALGO | 14-02-2022
160,107 divorcios se registraron durante 2019, al inicio de la pandemia.

La pandemia llegó para acelerar el uso de las nuevas tecnologías en la educación y el trabajo, aunque también han tenido impacto en las relaciones de pareja.

“La increíble facilidad para conocer personas en entornos digitales permite interactuar con una gran cantidad de potenciales parejas, lo que dificulta la decisión de establecer un compromiso emocional con una sola persona”, asegura Guillermo Echauri, profesor del Departamento de Medios y Cultura Digital del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México.

Con esa inmediatez de las redes, el amor se ha transformado y, a veces, desechado, pues los vínculos con la pareja pueden hacerse frágiles ante la presencia de las redes sociales, las cuales ocupan al menos 89% del uso de internet, a esto se suma el confinamiento en un mismo espacio por casi dos años.

El también doctor en Comunicación considera que “la naturaleza de cada relación determina finalmente el impacto que las tecnologías digitales puedan tener en las parejas”.

Aunque algunos mantienen viva la idea de una relación sólida o bien un matrimonio, cifras de los últimos años arrojan lo contrario, ya que más matrimonios se disuelven y menos parejas se casan. En 2019, en pleno inicio de la pandemia por covid-19, hubo 160 mil 107 divorcios contra 91 mil 285 que había hace 9 años. De estos, 29.6% se disolvió tras 20 años juntos; 46.7%, entre 6 y 20 años; 21.8%, entre uno y 5 años; y 1.5% de los casos menor a un año.

En tanto, en 2020 hubo 335 mil 563 matrimonios, es decir, 33% menos que en 2019 (504 mil 923). La edad promedio al casarse de las mujeres, al igual que los hombres ha ido en ascenso, en 2011 fue de 26.25 años y en 2020 de 30.26 años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El profesor del Tec de Monterrey sostiene que “la opción de conocer personas mediante aplicaciones de citas se volvió más atractiva debido a las restricciones provocadas por la pandemia”.

Aspiración al amor

Lo que se mantiene viva es la aspiración colectiva del amor, por lo que el especialista señala que “la presentación de relaciones y matrimonios perfectos, que suele hacerse a través de redes sociales, crea expectativas imposibles de satisfacer que causan frustración y, eventualmente, puede ser un factor en separaciones o divorcios”.

Además, “para las parejas que cohabitan, el impacto de las redes sociales ha resultado complejo. Una, porque sirvieron como un escape al interactuar con otras personas, pero también como medio de control, por ejemplo, al revisar los mensajes en su teléfono”, indica el especialista.

De esta manera, el amor se ha transformado a la búsqueda de satisfacción sin necesidad de compromisos. Así se reflejó en 2020, con 34.2% de la población en soltería contra 33% en una relación marital; de este porcentaje, al menos la mitad son mujeres entre 20 y 24 años, quienes deciden vivir sin una pareja, revelan cifras del Inegi.

Además, son ellas quienes se divorcian más jóvenes que los hombres, con una edad promedio de 39.1 años y 41.6 años, respectivamente.

“Uno de los factores de este cambio de patrón es la incertidumbre económica o la flexibilidad en el modelo de vida, lo que lleva a muchos jóvenes a retrasar la edad para casarse o a rechazar la opción”, indicó Guillermo Echauri.

Amor digital

El estudio Nuevas Tecnologías, Internet y Sociedad de la Información del Tecnológico de Monterrey señala que “un algoritmo no sabrá cómo una pareja crecerá y madurará junta, o cómo enfrentará los problemas de la vida”.

El especialista considera que si bien las redes sociales han fracturado algunos vínculos, la interacción vía mensajes de texto, comentarios o reacciones complementa las relaciones, por lo que este patrón se encamina a que en el futuro sea más común, cómodo y sencillo el establecimiento de vínculos sentimentales a distancia.

“Se aceptará cada vez más sustituir la interacción en persona por la comunicación digital, hasta que no exista prejuicio hacia las interacciones digitales, mismas que serán consideradas equiparables a una interacción en persona”, concluyó.

Es así que, como sostiene el sociólogo Zygmunt Bauman, en su concepto de modernidad líquida, el arte de amar ha sido reemplazado y además, “la única certeza existente es que el futuro, incluso el más inmediato será diferente al momento presente”.

 

 

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