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Croquetas frenan al lobo salvaje; alimentación impide inserción en la vida silvestre

Ante la falta de recursos, autoridades tienen que nutrirlos con productos para perros

Raúl Flores Martínez | 08-07-2019
Croquetas frenan al lobo salvaje; alimentación impide inserción en la vida silvestre
19 camadas con 84 crías de lobo mexicano han logrado reproducir los zoológicos de la Ciudad de México. 200 ejemplares deben vivir en vida silvestre para que el lobo deje de considerarse especie extinta.

CIUDAD DE MÉXICO.

El lobo gris, especie catalogada extinta en el país, ha tenido dificultades para poder ser reintroducido a la vida salvaje a pesar de los esfuerzos de diversas instituciones y zoológicos que, ante la falta de recursos económicos, la cacería furtiva, la excesiva exposición a los seres humanos y en algunos casos la alimentación basada en croquetas para perro, no pueden llevar en su totalidad el Programa de Preservación del Lobo Mexicano que en 22 años de trabajo ha logrado tener 34 ejemplares en vida silvestre.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la norma NOM-059-SEMARNAT-2001, se informa que la especie de lobo gris o mexicano es una especie extinta, es decir que de acuerdo con los parámetros internacionales, se deben de tener por lo menos 200 ejemplares en libertad para que sea tipificado como especie en peligro de extinción.

Según diversos especialistas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CNANP), Zoológico de Chapultepec, la Organización Naturalia A.C, el encargado del Programa de Vida Libre de Reintroducción del Lobo Mexicano, consultados por Excélsior, el programa binacional (Estados Unidos-México) para la Recuperación del Lobo Mexicano, aún no alcanza las metas planteadas para que se etiquete como especie en peligro de extinción en el país.

Hasta el momento, en 22 años, México, en coordinación con instituciones de la sociedad civil y zoológicos han logrado la reproducción de 146 lobos mexicanos, 112 están en cautiverio y 34 viven en montañas de Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León.

Para la Eduardo Ponce Guevara, encargado de la dirección de Especies Prioritarias para la Conservación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el Programa de Recuperación del Lobo Mexicano tiene una meta de establecer cerca de los 200 ejemplares en vida libre para poder decir que la especie está en franca recuperación; sin embargo, destacó que se estima los programas de carnívoros toman mucho tiempo.

Agregó que se tiene contemplado y sobre todo la meta en 2035 se pueda alcanzar lo programado de tener 200 ejemplares en vida silvestre, porque no todas las camadas que se reproducen en cautiverio sirven para la vida salvaje.

Dijo que el Programa de Cautiverio y de Liberación de Lobos a vida silvestre dicta que especialistas de México y Estados Unidos verifican con una lista si en las camadas que nacen se tiene consanguinidad, además de que se analiza cuáles son los lobos más aptos para su liberación.

“Una vez que se selecciona qué individuos son aptos para liberarse, se pasa por un proceso de rehabilitación en el que se observa a los lobos, para saber cuál es la reacción al ver vida silvestre, cuál es la reacción de escuchar a un humano o al escuchar un vehículo de origen humano y se le enseña a no tener contacto con los humanos”.

Para Carlos López González, encargado del programa de Vida Libre de Reintroducción del Lobo Mexicano, este programa iniciado en 1997 para proteger, reproducir e introducir a la vida silvestre al lobo mexicano, lo realizan 15 instituciones y zoológicos del país, cuyos recursos para cada ejemplar varía dependiendo de la institución.

“Lo que se busca con el programa en cautiverio es tener un buen número de ejemplares como una representación tanto genética como propiamente numérica para poder no afectar el programa de vida en cautiverio y poder tener ejemplares que haya para favorecer la introducción de la especie en vida libre”.

Características

Con una longitud de 1 metro con 35 centímetros, una altura de 80 centímetros y un peso máximo de 45 kilos, el lobo mexicano era dueño del suroeste de los Estados Unidos; en México, vivió en la Sierra Madre Occidental y Oriental; además del Eje Neovolcánico del Estado de México, Morelos, Puebla y en las montañas de Oaxaca.

Se estima que, en promedio, el lobo mexicano consume cerca de 2 kilos 800 gramos de carne de conejo, ciervo o aves al día. En vida silvestre puede ayunar durante dos semanas o más, mientras continúan su búsqueda de presas vulnerables.

Sin embargo, esto no se cumple en algunos zoológicos del país ante la falta de presupuesto que los está llevando a alimentar a los lobos con alimento de perro, algo que daña el proceso para su incorporación a la vida salvaje.

Según Óscar Moctezuma, director de Naturalia A.C., uno de los problemas con los que se han enfrentado en algunos zoológicos del país, es la falta de una alimentación propicia para los ejemplares que es sustituida por croquetas.

“Los lobos en cautiverio la mayoría están siendo alimentados con croquetas para perros, tienen contacto con la gente, no reconocen a las personas como amenazas, esos lobos no pueden sobrevivir en el campo, los van a matar en cualquier momento o no van a saber ni siquiera qué comer”.

Agregó que esto no es culpa de los encargados de la vigilancia y preservación de los animales, sino de los gobiernos encargados de los zoológicos que tienen a su resguardo una de las mil 200 especies que están en peligro de extinción o en extinción.

Lo que es un hecho es que los zoológicos son los que han aportado más camadas de lobos mexicanos para su preservación, principalmente los que se encuentran en la CDMX como el de Chapultepec, San Juan de Aragón y Los Coyotes, que han reproducido 19 camadas con 84 crías.

Según la responsable del Bioma Tropical del Zoológico de Chapultepec Xóchitl Ramos Magaña, la importancia de los zoológicos se basa en la reproducción protegida de las diversas especies extintas o en peligro de extinción.

Dijo que, en el caso de la Ciudad de México, se ha buscado tener una sustentabilidad para poder llevar a cabo los Programas de Protección a Especies en Peligro de Extinción con un presupuesto asignado en el cuidado que va desde el pago de veterinarios, especialistas y alimentación.

Destacó que el cuidado que se les da es similar a como si estuvieran en su hábitat natural, se les alimenta con carne que no sea de animales de granja para evitar que, en su introducción a las montañas del país, tengan contacto con los humanos.

“Como queremos que regrese, como queremos que no haya conflictos con los ganaderos y con las comunidades que están en contacto con estos animales, buscamos que no conozcan el sabor de la carne de una vaca por ejemplo, de un burro, que es lo común que se pueden encontrar en la sierra”.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, algunas zonas donde vivía el lobo mexicano pueden ser seguras para su liberación con algunos cuidados y con el apoyo de la tecnología.

Las zonas donde se han contemplado más liberaciones de estos ejemplares en los próximos años son: La Sierra Madre Occidental Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco; la Sierra Madre Oriental Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo; Eje Neovolcánico Estado de México, Morelos, Puebla y en las montañas de Oaxaca.

El logro que se ha tenido en el Programa de Vida Libre de Reintroducción del Lobo Mexicano es el nacimiento de una camada en vida salvaje que fue captada por una cámara de la CONANP que a través de movimientos se dispara, un respiro que da aire al trabajo binacional que se realiza entre Estados Unidos y México para rescatar al lobo gris.

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