Prevenga secuelas por la “dulce enfermedad”
Cortarse las uñas en forma cuadrada y checarse el fondo del ojo son acciones sencillas que evitan complicaciones como amputaciones de pies y ceguera

CIUDAD DE MÉXICO, 28 de marzo.- Ya lo dicta la frase popular “más vale prevenir que lamentar” y en el caso de la diabetes, ésta es una tajante realidad, ya que es una enfermedad que cada día cobra mayor importancia por lo común que se vuelve entre la población mexicana.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en México hay cerca de 6.1 millones de nacionales con diabetes y 50% de ellos tendrá complicaciones severas, pero algunas organizaciones civiles, indican que la cifra puede aumentar tres millones más.
México, indican los registros de la OMS, se ubica en la décima posición mundial en prevalencia de la diabetes, por debajo de Nauru, Emiratos Árabes, Bahrein, Kuwait y Mauricio. Sin embargo, India, China, Estados Unidos, Rusia y Alemania son las naciones con más millones de pacientes con diabetes en el mundo.
Secuelas populares
Según David Montalvo Castro, presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, en los pacientes diabéticos los principales problemas que se pueden prevenir están directamente relacionados con la disminución del flujo de sangre oxigenada en cada uno de los tejidos del cuerpo, la prolongación del tiempo de coagulación y el daño causado a los nervios.
“En el diabético de larga evolución, la circulación de la sangre se ve comprometida y, por lo tanto, no llega suficiente oxígeno a las regiones distales como los pies y las puntas de los dedos de las manos. Asimismo, cuando los nervios se ven afectados, disminuye la sensibilidad en la piel. En esas condiciones es fácil que el diabético se lesione un pie o un dedo pues no siente dolor”, explicó Montalvo Castro.
Ante este panorama, un pie puede lesionarse por la simple presión o por el roce del zapato y, en consecuencia, evolucionar a la infección y necrosis de la piel y los tejidos profundos. Esto puede llegar a la amputación de la parte afectada. Además, las lesiones de los nervios provocan ceguera, disfunción eréctil y dolor crónico, entre
otras complicaciones.
Acciones simples
Montalvo Castro recomendó realizar una serie de cuidados preventivos y paliativos, los cuales ayudan al paciente diabético a prevenir, limitar o revertir -cuando sea posible- las complicaciones relacionadas con su enfermedad.
“Con ello, la persona que vive con diabetes seguirá con su vida independiente y autosuficiente, sin depender de la familia o amigos. Lo ideal es que se valga por sí mismo con una adecuada calidad de vida”, explicó.
Un poco de historia
La diabetes no es una enfermedad exclusiva de los mexicanos, tampoco apareció tras el surgimiento de la comida chatarra a inicios de la década de los 80. Es un padecimiento que tiene como primer registro un papiro de la cultura Egipcia, ésta surgió hace más de tres mil años a.C.
Según dicho documento milenario se menciona la poliuria (orinar con frecuencia) como síntoma de una enfermedad –aún sin nombre– que describió el más famoso dentista egipcio Hesy-Ra de la dinastía III.
Posteriormente, la cultura griega le dio el nombre de diabetes –que hoy en día la ciencia usa en todo el mundo– a esa enfermedad que se caracteriza por eliminar agua del cuerpo.
Así, la palabra diabetes viene de los prefijos griegos: dia=a través, bainein=ir y tes=agente. Es decir “lo que va a través”. Esta frase se refería al exceso de orina que mostraban los pacientes, por lo tanto, todo el líquido que tomaba el enfermo no se alojaba en el organismo, sino que pasaba a través de él para ser eliminado.
El apellido de la diabetes: mellitus, también es de origen griego y etimológicamente significa dulzura o miel, esto debido a que se precisó que la orina de los pacientes con esta enfermedad tenía un carácter dulzón.
Enseguida algunos ejemplos de estos cuidados que en general deberán tener los pacientes:
Use zapatos cómodos, de corte ancho, que no causen fricción en la planta, empeine, dedos ni talón.
Póngase calcetines sin costuras hacia el interior o exterior, prefiera aquellos que no tengan elástico que haga presión para que no reduzca el flujo sanguíneo.
Corte sus uñas de los pies con la ayuda de un podólogo (experto en pies) certificado, para prevenir la formación de uñeros que pueden causar una infección. Si no tiene oportunidad de apoyarse con un experto, lime sus uñas de forma cuadrada (recta) sin que tenga bordes en los extremos.
Reduzca y evite el uso de anillos, reloj y pulseras, o póngaselos con suficiente holgura.
Baje de peso de forma progresiva, camine 30 minutos diarios; use las escaleras con frecuencia y deje de manejar su auto un par de días a la semana.
Disminuya el tiempo de permanencia sentado en el inodoro cuando acuda al baño, pues en esa posición se comprimen las venas que llevan la sangre de las piernas de regreso hacia el corazón y se entorpece el retorno venoso.
Observe si la sensibilidad en las manos está disminuida, entonces manipule con cuidado ollas, sartenes y utensilios de cocina para prevenir quemaduras.
Cheque la temperatura del agua antes de meterse a la regadera o a la tina de baño. Así evita las quemaduras.
Acuda con su médico, al menos, dos veces al año para que le haga un chek up completo, que vaya desde los ojos (con un examen del fondo del ojo y de la retina) hasta los pies (que cheque úlceras, lesiones y uñas).
Observe muy bien su camino al deambular para evitar chocar con obstáculos y prevenir caídas. Tener presente que una herida en un diabético sangrará por más tiempo que en una persona normal.
Escoja doctores (nutriólogos, podólogos, dentistas y oftalmólogos) expertos en diabetes.
Use un glucómetro diariamente y cheque cómo va su azúcar. Anote los resultados en un diario y llévelo con el doctor cada que tenga consulta.
Tome o aplique sus medicamentos tal y como lo indica su médico; no sustituya ninguna píldora.
Aléjese de los remedios caseros, ya que sólo perderá dinero y no le resolverán el control de la diabetes.
Todos los cuidados anteriores deben enseñarse en la consulta médica, a fin de ponerlos en práctica en casa y en todo momento. Además, se recomienda que los familiares y amigos cercanos también aprendan cómo cuidar el cuerpo del paciente con diabetes.
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