Las delegaciones de México y Estados Unidos lograron el consenso de los países parte de la CITES para incluir en el Apéndice II al lagarto cornudo o Tapayaxin (Phrynosoma spp), y al lagarto cornudo del desierto (Phrynosoma platyrhinos), con el fin de regular su comercio internacional.
En el marco de la COP19, María Elena Sánchez, representante de la Red de Supervivencia de las Especies (SSN, por sus siglas en inglés), alertó sobre el tráfico ilegal de lagartos cornudos a través de Internet y su envío por paquetería a otros continentes.
Recordó un caso detectado en el Aeropuerto de Bonn, Alemania, donde ejemplares murieron asfixiados tras viajar escondidos dentro de muñecas de trapo desde México.
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Por su parte, Juan Carlos Cantú, representante de Defenders of Wildlife, celebró la decisión de incluir todo el género para su protección, debido a la dificultad para identificarlos en las aduanas.
Señaló que su inscripción en el Apéndice II de CITES, ayudará a detener su tráfico ilegal en Estados Unidos y Europa.
Las principales amenazas para el lagarto cornudo o Tapayaxin y el lagarto del desierto es precisamente el comercio legal e ilegal de mascotas a nivel nacional e internacional; pérdida de hábitat y su fragilidad en cautividad.
El reporte Vendidos sin piedad: El Tráfico de Vida Silvestre amenaza la Biodiversidad de México, del Centro para la Diversidad Biológica (CDB), advierte sobre el comercio ilegal de lagarto cornudo en el mercado Nuevo San Lázaro de la Ciudad de México.
De acuerdo a la investigación encubierta, ejemplares de esta especie que se encuentra en la categoría de “Amenazada” en la Norma Oficial Mexicana 059, son vendidos en 120 pesos cada uno, con total impunidad.
Indica que desde hace décadas, los lagartos cornudos se comercializan en mercados populares y tianguis de nuestro país, con una alta mortalidad debido a que son extraídos de zonas desérticas y no informan a los compradores que la base de su alimentación son las hormigas.
La gran mayoría de los lagartos cornudos que se venden en México son ilegales, y muchas veces son arrancados del medio natural muy pequeños con el fin de hacerlos pasar como criados en cautiverio”, revela el Informe.
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