Ximena Sariñana; amor para siempre

Las historias felices existen.

El tema Todavía me recuerdas terminó por tener un poder más fuerte del que, quizá, su autora conocía: le permitió a Yayo, su coreógrafo, darle el anillo a Tania, ambos bailarines en el inicio de la gira Amor Adolescente, con el show que realizó Ximena Sariñana en el Teatro Metropólitan.

La cantante terminó con la voz quebrada. “Llevaba mucho tiempo guardando el secreto”, dijo. Qué bonitos son los amigos, el amor, el espacio, la emoción y saber que los cuentos de hadas suceden cuando menos se espera.

Por mucho, ese momento se robó la nueva experiencia de este inicio de gira, pero no podemos dejar de mencionar la  presencia de Ely Guerra, en la rola Diva. Por ella no pasan los años en ningún aspecto, y podemos decir lo mismo con Xime.

La primera invitada fue Paty Cantú, en El aquí y el ahora; le siguieron Bratty, para Una vez más; y la productora del nuevo disco de Sariñana, Marian Ruzzi, a quien le debemos agradecer por sugerirle al público que se sacudiera la flojera. O sea, llevaban medio show ¡sentados!

Cada quien vive la experiencia a su manera, sólo era un poco raro ver tanta pasividad en un foro que tristemente aún no puede vender el cien por ciento de su aforo, apenas el 75 para todo artista que se presente en espacios cerrados.

Como dice su canción, “lo bailado ya nadie se lo quita”: su encore de cumbias hizo lamentar la presencia de butacas. Cariñito, Mr. Carisma, Mis sentimientos, de Los Ángeles Azules; y finalizar con Vidas paralelas. Ella con una copa de vino blanco, la gente con chelas. Nada podía salir mal en la guapachosa noche para celebrar el amor.

Porque Amor adolescente es el amor en todas sus manifestaciones, es recordar una canción que te haya animado a escribir una carta en secundaria o bailar en tu boda, como con Xime, es acordarte que hay letras que te arrancan el corazón, en su caso, Te extraño, te olvido, te amo, de Ricky Martin.

Para la generación Amar te duele, la película que la hizo famosa junto a Martha Higareda, por cierto, dirigida por su papá, Fernando Sariñana, hacía sentido que en el desenlace se guardara Cuento o Las huellas, no fue así, se despidió de la linda experiencia con El amor más grande. Será para la próxima.

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