Plataformas en México con vacíos legales frente a los actores

CIUDAD DE MÉXICO.

La llegada de las plataformas digitales a nuestro país ha cambiado radicalmente el consumo de contenidos de parte de los usuarios y su presencia se ha visto consolidada por la pandemia, ya que mucha gente encontró en ellas un refugio seguro.

No obstante, actualmente hay algunos vacíos legales en las mismas que tienen que ver, principalmente, con los actores, quienes después de haber filmado una novela, serie o película no reciben pago extra o regalías si el proyecto se retransmite en la plataforma o si se convierte en un éxito en la misma.

Venimos de un mundo en el que no existían las plataformas, de pronto aparecen y todo cambió. Estamos en pañales, es un escenario muy complejo, hay muchos elementos que entran en juego y que hacen que como actores estemos desnudos frente a estas plataformas. Como éstas tienen todo bajo secreto, pues no sabemos ni cuántos suscriptores tiene cada una, los actores no sabemos cuántas vistas o reproducciones tienen los proyectos en los que estamos”, contó a Excélsior Raúl Méndez, actor quien tiene la experiencia laboral tanto de México como de Estados Unidos, donde pertenece al Sindicato de Actores (SAG).

Méndez es consciente de que la situación de los actores frente a estas grandes empresas es compleja y entran en juego varios intereses económicos, sin embargo, desde su punto de vista, es necesario que quienes los representan en México tomen acciones.

Lo que tendría que regularizarse, pero es un proceso muy complejo, es que hubiera gente de la ANDI (Asociación Nacional de Intérpretes) que pudiera tener acceso a la cantidad de vistas que tienen nuestros proyectos en las plataformas. Se tendría que estipular que contáramos con un contrato donde pudieran recibirse regalías de la cantidad de reproducciones que tenga la serie o el proyecto en el que trabajaste, algo que es muy diferente en Estados Unidos, pues el SAG es más fuerte.

Por ejemplo, cuando hice Narcos, con Netflix, nos dijeron a los actores que íbamos a cobrar un sueldo y que si la serie tenía tal determinado número de vistas, nos iban a dar un bono, así que los primeros tres años yo recibí mis cheques por parte de la SAG, todo estaba muy claro y en regla, lo mismo me pasó con Sense8, con la que también recibí regalías en Estados Unidos”, comentó Méndez.

Marco Treviño, actor de cine, teatro y televisión, quien lleva 36 años activo en la industria del entretenimiento y quien funge como vocal de la Asociación Nacional de Actores (ANDA), coincide en que el tema de las regalías en plataformas es bastante complejo y existen una serie de vacíos legales que deja a los actores desprotegidos.

Con el pretexto de que las empresas extranjeras se rigen bajo sus propias leyes y las plataformas todavía no terminan de estar reguladas en México, las regalías de los actores como intérpretes están perdidas. En el caso de las televisoras mexicanas, como TV Azteca y Televisa, sí tenemos pago de regalías, pero en las plataformas no tenemos nada. La Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) señala que los derechos de interpretación y de autor son inalienables, no se pueden perder, así que cualquier producción que yo realice en México tendría que estar regida por esa ley, sin embargo, no es así”, comentó Treviño.

En México, la ANDA es el sindicato que se encarga de velar porque los derechos laborales de los actores se respeten entre tanto están trabajando, mientras que la ANDI es la responsable de la negociación y cobranza de las regalías una vez que determinado proyecto se empieza a proyectar en distintos países o lugares, sin embargo, han estado amarrados de brazos frente a las plataformas, a pesar de que varios de sus integrantes han empujado iniciativas para que se paguen las regalías que se generan en las plataformas como Amazon, Netflix, HBO, Star+ o Disney+, por mencionar algunas.

Hace más de ocho años se creó el Tratado de Beijing que justo aborda lo que es el tema del pago de regalías de las plataformas digitales. No había una regulación internacional que obligara a las plataformas digitales a pagar regalías. Se necesitaban 30 países que firmaran y ratificaran el tratado para poder entrar en vigor y por fin entró en vigor en abril del año pasado. A partir de ese momento se empezaron a gestar las bases de cómo las casas gestoras van a ver cómo, de qué manera, con base en qué y en qué porcentajes se van a poder cobrar esas regalías, pero como México no ha ratificado el Tratado de Beijing, aún no se puede aplicar aquí”, contó en entrevista Horacio Castelo, director de Comunicación Social de la ANDI y primer vocal del Comité de Vigilancia.

Al ser México el país que hace ocho años fue uno de los que impulsó el Tratado de Beijing, mismo que se firmó en China debido a que las autoridades mexicanas no se mostraron interesadas en apoyar este tratado, resulta inevitable no preguntar por qué México no ha ratificado dicho tratado que beneficiaría a los actores frente a las plataformas.

A lo mejor hay intereses muy grandes con diferentes casas productoras que no quieren pagar esa cantidad de dinero en regalías porque es muchísimo dinero. La ANDI fue uno de los gestores que inició la firma del Tratado de Beijing a nivel mundial y no tuvimos el apoyo del gobierno para poder firmar este tratado que nos ayudaría con las regalías. Supongo que esto obedece a muchos intereses muy importantes y de muchísimo dinero. En su momento fuimos a ver al expresidente Enrique Peña Nieto, a los senadores, a los diputados y no sucedió nada. Afortunadamente ahora vamos muy bien y parece ser que antes de que acabe el año México va a ratificar el Tratado de Beijing”, ahondó Castelo.

Con el panorama de desprotección que enfrentan los actores ante las plataformas digitales, resulta urgente generar una unión entre los actores y las instancias que velan por sus intereses para que en un futuro existan reglas claras en el mercado laboral.

Los representantes de la ANDI y la ANDA tendrían que ponerle ciertos candados a las plataformas para que no puedan hacer lo que quieran. Si nosotros hiciéramos equipo, tal como lo hacen en Estados Unidos, si nosotros como gremio tuviéramos la capacidad de unirnos y exigirle a una ANDA o una ANDI este tipo de cosas, las plataformas tendrían que cambiar su estrategia. Es un tema muy complejo en el que hay muchos factores en juego, pero habría que sentarse a discutir, tendríamos que cerrar esas puertas de fuga para que las plataformas se alinearan y pudiéramos recibir el día de mañana regalías por nuestro trabajo”, complementó Raúl Méndez.

En medio de esta pandemia, que en un principio obligó a varias producciones a parar, muchos actores pudieron solventar algunos gastos gracias a las regalías que recibieron por la transmisión o retransmisión de sus proyectos en ventanas ajenas a las plataformas. Por ello, varios se hicieron conscientes de la importancia del pago de las regalías.

Tanto los actores, como los productores, estamos empezando a crear una conciencia sobre esta situación. En el momento en el que hay una conciencia puedes empezar a platicar, a negociar y a ver qué es lo más justo para todos. Creo que ese es el proceso en el que estamos tanto acá (Estados Unidos) como en México, quizá un poco más avanzado acá, pero hay muchas cosas que se están trabajando”, remató la actriz Verónica Falcón, actriz quien radica en la Unión Americana y que ha sido parte de la ANDA y es miembro del SAG.

TRATADO DE BEIJING

Entró en vigencia el 29 de abril de 2020. Aunque México es uno de los 45 países firmantes, no se ha ratificado el convenio en nuestro país por parte de las autoridades.

Les brinda protección en materia de propiedad intelectual a los artistas, intérpretes o ejecutantes. El tratado ofrece protección en cuanto al derecho de reproducción, distribución, alquiler y puesta a disposición (internet).

Este tratado busca que los actores obtengan regalías de parte de las plataformas.

DERECHO POR LEY

La ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) estipula en el Artículo 117 Bis que el artista, intérprete o ejecutante tiene el derecho irrenunciable a percibir una remuneración por el uso o explotación de sus interpretaciones o ejecuciones que se hagan con fines de lucro directo o indirecto, por cualquier medio, comunicación pública o puesta a disposición.