Keane, concierto entre puros amigos en la CDMX

Las almas de 18 mil 500 personas se unieron en un solo grito ante la oscuridad del Palacio de los Deportes y sus celulares se encendieron, haciendo del panorama una imitación de un cielo estrellado. Keane de abría paso sobre el escenario.

El alarido fue de emoción y de sorpresa, ante la entrada triunfal de la banda inglesa de rock alternativo, que, con el concierto de ayer, 1 de abril, inició su tour mundial con el que celebran el 20 aniversario de su álbum Hopes and Fears.

Tim Rice-Oxley (teclista), Tom Chaplin (vocalista y guitarrista), Richard Hughes (baterista) y Jesse Quin (bajo) quedaron atónitos, por un momento, ante el recibimiento del público de México y sus rostros dibujaron la misma emoción reflejada en sus seguidores.

Así comenzaron, entre luces blancas y destellos de sombras, con Can’t Stop Now, pasadas las 21:15 horas.

El saludo fue en español con un animado “¡Hola! ¿Cómo están, México”, lo que alentó a otra expresión emotiva de los ocupantes de cada butaca. Después, en su idioma.

“¡Esto es asombroso, muchísimas gracias! Queremos que pasen un gran momento esta noche”, dijo su vocalista y la música removió las gargantas con Bend & Break.

En español, de nuevo, ampliaron el saludo a quienes, durante dos décadas, han sido sus cómplices del otro lado de las bocinas.

“Amigos mexicanos. Amigas mexicanas. Ésta es la manera perfecta de comenzar nuestro tour”. Y lo fue, pues todos se elevaron a un mismo ritmo con Your Eyes Open.

Para Nothing in My Way, la bandera mexicana ya estaba luciendo sus colores en el pedestal del micrófono de Tom Chaplin, y para The Way I Feel, bajo la luna llena proyectada en la pantalla frontal, los aplausos marcaron el ritmo.

La banda recordó que fue en 2004 cuando Hopes and Fears fue lanzado y que, a 20 años de distancia, es uno de los motivos que los trajo a este momento, tan sublime como el tiempo transcurrido.

“Es muy maravilloso estar celebrando 20 años del disco Hopes and Fears. El primer lugar al que vinimos fue la Ciudad de México en 2004. Se siente como regresar con amigos. Es una celebración ver todas sus caras y éste es el lugar para tocar las canciones que no hemos tocado en mucho tiempo”, expresó la voz de Keane.

Para Sunshine, las lámparas de los celulares se iluminaron, así como los corazones de los ahí reunidos.

La ovación fue ensordecedora, larga, energética. Y las voces replicaron el canto de Chaplin, quien propuso algunas notas y pidió que fueran repetidas por todos a sus pies. No quedó una sola voz callada. Todos acudieron al llamado y así siguió You Are Young, arropada por todas las manos marcando su esencia.

Everybody’s Changing fue la locura. Los sueños y los recuerdos se despertaron en cada oído. Los rostros cerraron los ojos y cantaron apasionados, al escuchar de viva voz a los protagonistas del ser list de sus momentos de vida de hace 20 años.

On a Day Like That fue un momento de calma para levantar las manos y moverse con suavidad. Un espacio para pensar, ante las imágenes en blanco y negro de seres en incertidumbre, y quizá, en soledad.

Perfect Symmetry fue fácil de corear, al tener en la pantalla parte de la letra transitando y Bad Dream representó una caída sin fondo, sin final, tan alucinante como estremecedor.

“Ésta es una vieja canción y es la primera vez que la tocamos. Deséenos suerte”. Y Untitled 1 despegó hacia cada rincón del recinto, la penúltima rola del álbum en celebración.

Spiralling, Is It Any Wonder?, She Has No Time, This Is The Last Time y Crystal Ball, entre luces de colores, marcaron el terreno para Somewhere Only We Know.

La euforia se mantuvo al tope durante todo el concierto, pero con este punto de encuentro, el tiempo se detuvo. La música evocó el río de la memoria.

Le gente se mantuvo de pie, miró a los demás y se miró a sí misma. Todos en un mismo sueño, regresando a ese “lugar que sólo nosotros conocemos”. Strangers, Sovereign Light Café y Bedshaped cerraron su concierto en la Ciudad de México, para continuar su emotiva gira mañana en Guadalajara, Jalisco.

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