Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Ponce Montuy, a la espera del gobierno; legado del artista aguarda ser adquirido

La obra, que ya fue documentada, está en Málaga en espera de que la adquiera el gobierno mexicano o algún coleccionista

JUAN CARLOS TALAVERA | 08-02-2022
Buenaventura Ortega, dueña de los cuadros de Montuy desde 1995, buscó pistas del autor durante años, hasta que halló a su hija y en 2002 entabló relación con el autor.
Buenaventura Ortega, dueña de los cuadros de Montuy desde 1995, buscó pistas del autor durante años, hasta que halló a su hija y en 2002 entabló relación con el autor.

 

CIUDAD DE MÉXICO. La investigadora y curadora de arte Sofía García Broca viajó a España para documentar y elaborar un catálogo con el archivo y la obra de caballete del artista Daniel Ponce Montuy (Tabasco, 1925-2005), elogiada por Carlos Pellicer y Raquel Tibol, el cual permanece en Málaga en espera de ser adquirida por las autoridades de México o de algún coleccionista interesado.

Esto, luego de que Excélsior (20/09/2021) informara que dicha colección sería puesta a subasta por la coleccionista Buenaventura Ortega, quien está a la espera que la obra pueda ser adquirida por el gobierno de México o algún coleccionista nacional. Mientras tanto, el catálogo, detalló García Broca, lo entregará a Memoria Histórica y Cultural de México el próximo viernes para revisar la posibilidad de adquirir el conjunto que consta de 28 obras.

Este diario charló con Buenaventura Ortega, la coleccionista que en 1995 recibió los cuadros de Ponce Montuy como regalo de aniversario, y los sumó a su colección de obras abstractas y del siglo XVIII. “Cuando mi marido compró los cuadros no le dieron ninguna información. Sólo se los vendieron, pero sabía que se trataba de un pedazo de artista por la forma de su trazo y su expresividad”, dice a Excélsior.

Yo no estudié arte, pero lo vivo.  Tengo la facilidad de ver un buen árbol en un cuadro, sentarme bajo él y notar la frescura de sus ramas, porque me gusta y es lo que vivo. Entonces, sabía que este señor era importante”, apunta vía telefónica.

¿Cómo ubicó al artista? “Fui a muchos sitios. Empecé en España, aunque este tipo de pintura se da poco por aquí. Tengo libros de arte y pensé que era de la escuela de David Alfaro Siqueiros, pero la única pista era la firma: Montuy”.

Años después, la coleccionista supo que el artista fue autodidacta y que no formaba parte de ninguna escuela. “Recuerdo que fui a la feria ARCO Madrid y llegué a la sala de México con fotos de los cuadros y pregunté a los galeristas.

 

Imagen intermedia

Foto: Cortesía Sofía García Broca

 

Les insistí en ubicar al pintor y se quedaron reacios, pero me dijeron que esas obras en Málaga no las iba a poder vender. Les expliqué que no quería hacer eso, sino ubicar al artista, pero no me dieron norte”.

Buenaventura llamó a la galería mexicana que enmarcó los cuadros, “pero tampoco me dieron norte. Así que escribí a decenas de escuelas de arte y museos, como el Museo de Arte Moderno (MAM) de la CDMX”.

Ella conserva todas esas cartas. En la del MAM, fechada el 21 de junio de 1995 y firmada por el jefe de investigación Enrique Franco Calvo, le respondió: “En contestación a su carta en la que solicita información sobre el pintor ‘Montuy’, a este respecto le comunicamos que no contamos con obra de este autor en nuestras colecciones ni algún dato, por lo que le rogamos que se dirija al Polyforum Cultural Siqueiros”.

Siete años después conoció al muralista español Eugenio Chicano Navarro (1935-2019), quien reveló que conocía a Juanita, la hija de Montuy. “Él me dio su teléfono, la llamé y me dio el número de su padre”.

¿Cómo fue la primera conversación? “¡Emocionante!, y él se alegró de que los cuadros no se hubieran perdido. Recuerdo que entonces él vivía en el Hotel Cencali (Tabasco) y le pregunté por qué alguien tan protestón y en contra de las normas, vivía en un hotel. Me dijo que estaba haciendo un mural. Y lo bromeé”.

¿Quiso saber cómo llegó la obra a sus manos? “Le pregunté por qué no había buscado su obra y él me dijo que cuando lo hizo (luego de que estuviera varada en una aduana tras un error) la obras se subastó. Y me dijo que la obra se vendió a un tal José Ricardo Utera y que si lo conocía. Le respondí que llevaba 30 años casada con él. Luego supimos que había 12 piezas perdidas, porque él mandó 42 a España y aunque las busqué, nunca las encontré”.

Ambos intercambiaron charlas y correspondencia, pero Montuy enfermó, falleció y no pudo viajar a Málaga para conocer a la coleccionista, quien asegura que no tiene un tiempo límite para concretar la transacción de estas obras con el gobierno o la iniciativa privada de México, aunque le gustaría hacerlo antes
de morir.

 

cva

 

*En el siguiente enlace encontrarás las noticias de Última Hora

Visita nuestra Última hora

*También checa nuestras Galerías

Visita nuestras Galerías

Conoce lo más viral en Facebook Trending 

Lee a los columnistas de Excélsior Opinión

 

 

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales