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Expresiones

Muestran el legado de Anita Brenner (1905-1974)

El Munal exhibe las claves intelectuales de la célebre antropóloga, historiadora y precursora del turismo cultural en México

Juan Carlos Talavera | 01-11-2019
Anita Brenner tuvo contacto con muchos artistas de vanguardia de los años 20 de México.

CIUDAD DE MÉXICO.

Cerca de 400 fotografías captadas por Edward Weston, Tina Modotti, Manuel Álvarez Bravo, Kati Horna, Héctor García, Lola Álvarez Bravo, Otto Done, Yukio Futagawa y otras no identificadas, integran la exposición Anita Brenner. Luz de la modernidad, que exhibe el Museo Nacional de Arte (Munal), con las claves intelectuales de la antropóloga, promotora y precursora del turismo cultural en México, Anita Brenner, quien dedicó su vida y estudios a tender puentes de entendimiento entre México, su tiempo y su historia.

La muestra, que permanecerá abierta hasta febrero de 2020 y forma parte de la tercera edición del Festival Internacional de Fotografía FotoMéxico, incluye pinturas, obra gráfica y documentos que revelan la relación de Brenner —considerada “una ilustre desconocida”—, con artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Frida Kahlo, bajo la curaduría de la historiadora de arte Karen Cordero y el fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio.

 

Imagen intermedia

Esta imagen no identificada fue encargada para captar “la esencia mexicana”. Fotos: Cortesía Munal

 

 

Anita Brenner nació en Aguascalientes en 1905, fue hija de judíos letones que migraron a tierras aztecas y que, con el estallido de la Revolución Mexicana, se desplazaron a Estados Unidos para protegerse del conflicto, aunque siempre mantuvo su residencia original en Aguascalientes.

La también periodista pasó el resto de su infancia en San Antonio, Texas, pero siempre mantuvo su nacionalidad mexicana y su profundo amor por México, que se tradujo en la creación de la revista mensual Mexico/This Month en 1955.

“Podríamos decir que Brenner se dedicó a la difusión y promoción del arte mexicano por medio de diversas publicaciones, principalmente en inglés, como un puente entre ambos países, para una mayor comprensión intercultural. Y en esta labor, la fotografía ocupó un lugar primordial, como vehículo de registro y encuadre de distintos aspectos del paisaje, los personajes, los monumentos artísticos, las costumbres, así como las transformaciones arquitectónicas y urbanísticas del país”, comentó Ortiz Monasterio.

Recordó que en 1926 la antropóloga contrató a Edward Weston, quien venía con Modotti, para que documentara e ilustrara la historia de México desde la mirada de la historia del arte y a partir de las nuevas ideas surgidas desde la Revolución Mexicana. Para hacerlo, Weston firmó un contrato por mil pesos de ese tiempo, a cambio de 400 instantáneas que captaran estampas de la Ciudad de México que permitieron ilustrar el emblemático libro de Brenner, titulado Idols
behind altars
(Ídolos tras los altares) que vio la luz en 1929 y se publicó en NY.

Bajo este panorama, la promotora cultural podría ser definida “como pensadora, escritora y un ser humano que sintió empatía por nuestro país, y que tras lo acontecido con la Revolución Mexicana, dedicó su vida a reflexionar sobre ese periodo y sus efectos en la historia del arte”, abundó.

A la postre, sería una de las impulsoras más importantes del arte mexicano de principios del siglo XX y que, en su conjunto, conforman una visión arraigada del país y una inmensa renovación cosmopolita.

Un valor agregado de esta muestra, abundó Ortiz Monasterio, es que la mayoría de estas fotografías no habían sido expuestas, aunado a que se desconoce con precisión la autoría de otras tantas. Así que entre los hallazgos que pueden encontrarse en este montaje se puede destacar las fotografías de Kahlo, Weston y
Modotti, abundó.

 

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Brenner consignó el paso en México de Serguéi Eisenstein.

 

 

IMAGEN Y PALABRA

Karen Cordero insistió en que Brenner no fue fotógrafa, sino escritora y promotora activa de la cultura mexicana desde los años 20.

“No fue fotógrafa, pero su trabajo en libros como El viento que barrió a México: historia de la Revolución Mexicana o la revista Mexico/this month, que editó en los años 50 y 70, demostró su interés por el uso de la fotografía como complemento de las palabras, lo cual le permitió desarrollar un discurso en diálogo con una fuerza propia y no como algo ilustrativo”.

Detalló que el volumen del material fotográfico expuesto es apenas el tres por ciento del total, conformado por más de 10 mil fotografías, junto con otros documentos, que forman parte de la colección Arte y Cultura de Grupo Salinas.

Cordero también explicó que, si bien la exposición pone el énfasis en la imagen, para Anita siempre fueron más importantes las palabras, y también destacó un dibujo realizado por el cineasta ruso Serguéi Eisenstein, quien capturó a Brenner con su máquina de escribir, el cual hizo durante su visita a México para hacer su película ¡Que viva México!

“En suma, lo que veremos en esta exhibición —que será la última temporal en el Munal para este año— es una articulación sobre la primera parte de este acervo que tiene que ver con el trabajo de Anita Brenner, en relación con los años 20 y la cultura visual del renacimiento mexicano, para luego brincar a los años 50 y 70 del llamado Milagro económico mexicano, donde promueve la inversión del turismo cultural en un país que ya produce formas artísticas más abstractas”, añadió.

Así también, “esa idea que la periodista plasmó en sus libros, de que México tiene una esencia que remonta a lo prehispánico, que resurge en diversos momentos a través de la cultura popular y del arte contemporáneo y de la Colonia en el siglo XIX”.

Finalmente, Karen Cordero explicó que el archivo documental de Anita Brenner, en donde se le puede observar como escritora y periodista, se encuentra en Estados Unidos, luego de que éste fuera donado por su hija Susannah Joel Glusker, quien fue la primera en estudiar el trabajo y el legado de una de las promotoras más relevantes del siglo XX.

Por último, se detalló que la muestra se completa con fotografías de Marilu Pease, Nacho López, Marianne Gast, Luis Márquez Romay y Agustín Jiménez, así como obra plástica de Francisco Goitia, Francisco Eppens, Dr. Atl, Jean Charlot y Alfredo Zalce.

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