El tenor Javier Camarena trae su canto a México

CIUDAD DE MÉXICO. El tenor Javier Camarena (Xalapa, 1976) volverá a México con la gira Tiempo de cantar, del 4 al 30 de septiembre, en escenarios de León, Torreón, Mérida, Cuernavaca y la Ciudad de México.

Serán cinco conciertos para interpretar algunas de las arias que lo han llevado a la cima del bel canto, con piezas de zarzuela y canción mexicana. Además, dijo que algunas de estas presentaciones se replicarán vía streaming o contarán con pantallas al exterior debido a la reducción del aforo.

Durante el anuncio realizado ayer, Camarena también habló de sus próximos conciertos internacionales, del lanzamiento de su próximo disco y la preparación de un concierto homenaje dedicado al tenor italiano Enrico Caruso (1873-1921).

Empiezo por decir que estoy muy feliz de volver a México después de este parón obligatorio”, expresó, luego de recordar su actuación en La hija del regimiento en Bellas Artes de 2020. Además, “el volver a México y hacer presentaciones por diversos lugares es algo que me llena de muchísima emoción”.

Explicó que la gira lleva por título Tiempo de cantar, “porque es súper necesario volver a cantar en vivo y retornar a los escenarios después de esta suspensión de actividades presenciales impuesta por la pandemia” y comentó que la gira también celebrará los 10 años de colaboración con el pianista Ángel Rodríguez.

Además, “reitero mi convicción de que la cultura y el arte, en este caso la música y el canto, son siempre esenciales para la salud del espíritu del ser humano, especialmente en estas circunstancias
tan difíciles”.

Sin embargo, reconoció que hoy la ópera enfrenta varios retos. “Por ejemplo, volver a ganar la confianza del público para estar en un teatro, presenciando una oferta cultural de concierto, ópera, teatro o danza, como un ambiente seguro siempre y cuando todos compartamos el sentido de responsabilidad social de cuidarnos”.

Camarena iniciará la gira el 4 de septiembre en el Teatro del Bicentenario de León, Guanajuato, seguirá el 11 de septiembre en el Teatro Nazas, de Torreón, Coahuila; el 15 en el Teatro Peón Contreras, de Mérida, Yucatán; el 24 en el Centro Cultural Teopanzolco, en Cuernavaca, Morelos, y cerrará el 30 en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, dijo que se estudia la posibilidad de programar dos conciertos más en Monterrey y Puebla.

Además, pidió la comprensión del público que no pueda asistir. “Desafortunadamente, y por seguridad de todos, tendremos en los diferentes escenarios un aforo limitado debido a la pandemia”.

Después de esta gira, Camarena cantará en el Conservatorio de Música de Puerto Rico (3 de octubre); en el Harris Theater, de Chicago (7 de octubre), y en el Grand Opera Gala de Gdansk, Polonia (15 de octubre).

Tendrá su debut operístico como Nemorino en El elixir de amor” en el Festival Donizetti de Bérgamo (17 y 28 noviembre y 5 diciembre), y una función especial en el marco del homenaje a Enrico Caruso con la Orchestra dell’Accademia Nazionale di Santa Cecilia, bajo la dirección de Riccardo Frizza, el 22 de diciembre.

Caruso es una figura importante de la ópera”, dijo Camarena. “Una de las primeras voces de las que hay un registro fonográfico y eso lo convierte en una gran leyenda de hoy (…). Obviamente tenía una gran voz, mucha potencia, una gran expresividad y este concierto recogerá un poco de su repertorio”, expresó.

Además, reveló que hace unos días grabó algunas arias no tan conocidas de Donizetti, bajo la batuta de Frizza, que serán su próximo disco, el cual presentará próximamente.

Finalmente, habló de sus planes para 2022 y destaca una nueva gira por España (enero), su actuación en el Covent Garden con Rigoletto (febrero y marzo), su retorno al MET Opera de NY (abril) para cantar en la nueva producción de Lucia di Lammermoor; su regreso a Zúrich, bajo la dirección de Iván López Reynoso y una nueva producción de La flauta mágica, en El Liceu, donde debutará el rol de Tamino, con Gustavo Dudamel.

BOSQUE DE LUZ

El espectáculo hortícola Bad Lippspringe, en el territorio alemán de Renania del Norte-Westfalia presentó la iluminación de los campos y árboles, para que el público aprecie la naturaleza tocada por el arte del color.

La idea de intervenir el bosque para convertirlo en una experiencia inmersiva comenzó en 1980 y tiene la intención de mejorar la calidad de vida de los asistentes y el clima ecológico en las ciudades.