De cuentas, cuentos e inventarios; Irene Vallejo presentará su ensayo ‘El infinito en un junco’

CIUDAD DE MÉXICO. “Cuando fracasa la lengua, enseñamos los dientes y las espadas”, alertó Irene Vallejo, escritora y filóloga española, al señalar que lo que está pasando ahora en Ucrania es devastador, con ciudades arrasadas y se les está diciendo a los ucranianos que no tienen derecho a ser un pueblo y que su idioma “no es idioma”, pues parece que habíamos olvidado lo usual que es  la guerra.

Pensábamos que lo normal era la paz.  Pero en los tres mil primeros años registrados de historia, sólo  unos 250 años, fueron años de paz. El resto del tiempo había guerras en marcha”, dijo.

El abismo de la guerra está siempre cerca. Homero decía  que antes se cansan los hombres de cantar, de bailar, de amar, que de hacer la guerra”, por lo que es importante la necesidad de construir la paz, destacó la ganadora del Premio Nacional de Ensayo 2020.

 En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Vallejo indicó que “lo dado por sentado, como  la democracia, es fragilísimo”.

La filóloga Irene Vallejo en entrevista con Pascal Beltrán del Río.

 Los libros, la literatura y el arte hacen que nos pongamos en el lugar del otro, porque cuando fracasa la lengua, enseñamos los dientes, como pasa en la guerra”,  precisó la creadora española, que se encuentra por primera vez de visita en México para presentar su obra: El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo, que relata la travesía del libro, desde la antigüedad del papiro, hasta nuestros días.

Uno de los enfrentamientos históricos que marcan la historia del libro, y que narra en El infinito en un junco fue la de Ptolomeo V, y Eumenes II; un conflicto por la primacía de las bibliotecas.

El mundo egipcio estaba muy satisfecho de la biblioteca de Alejandría, como el gran emblema de su imperio. Y en el reino de Pérgamo  había nacido una biblioteca rival a la que decidieron combatir con el corte de suministro de papiro, y la gente de Pérgamo, inventó y mejoró otro sistema, hoy conocido como pergamino”, lo que demuestra que el conocimiento es saber y es poder.

Lo ha sido en el pasado y lo sigue siendo hoy por ello, los libros son importantes, porque su historia es la historia de la democratización al conocimiento, porque es  una forma de ser poderosos o de ser libres”, destacó.

En su obra, Vallejo afirma que la  escritura  comienza por una razón práctica,  para tener registro de las propiedades, aunque,  en el fondo lo que lleva a escribir es el deseo profundo del humano, de perdurar.

Empezamos con las cuentas, en seguida llegaron los cuentos, y de los inventarios pasamos a las invenciones”. El libro es el deseo del ser humano, de no acabarse del todo, “de no morir y desaparecer, y a través de esos relatos, emociones que se plasman en la poesía, hemos conseguido una forma de inmortalidad, a través de las palabras”, indicó.

Al hablar de las diferencias o coincidencias en las formas de comunicación en ambos lados del Atlántico, la filóloga aseguró que los sistemas de escritura se crearon de forma independiente en diversas partes del mundo, aunque comparten “una misma necesidad de dejar huella de lo pensado, de lo sentido, del conocimiento”, como una forma de revelarse ante la supremacía del olvido.

Para llegar al libro, el ser humano ha pasado de la oralidad al escrito, de la representación en dibujos al alfabeto. El viaje ha sido largo, y en él intervienen cientos de miles de personas anónimas, “con una larga historia de búsqueda, de invenciones”, en un esfuerzo por salvar de la destrucción nuestros relatos, imaginarios y memoria.

Por  ello era necesario homenajear a personas, maestros,  librerías, bibliotecas”, como se hace en El infinito en un junco, concluyó.

cva

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