La luz como guía: nuevas generaciones revaloran la acuarela

La luz como protagonista, como elemento definitorio; evocar su energía transformadora, su potencia vital, su fuerza renovadora, su forma de cambiar la manera de mirar el paisaje, la arquitectura, el cuerpo femenino, la naturaleza.

Ésta es la propuesta de la exposición Los pasos de la luz, que reúne 41 acuarelas de 11 artistas visuales, entre ellas 18 de Alfredo Guati Rojo (1918-2003), que se exhibe hasta el 1 de febrero próximo en el Museo Nacional de la Acuarela, que él fundó en 1967.

La idea es revisar qué está pasando con la acuarela hoy, quiénes son los jóvenes artistas que están creando en esta técnica, dónde están y cómo experimentan con ella. Queremos mostrar que hay un nuevo movimiento de acuarelistas, que sí existen jóvenes interesados en explorar todas sus bondades y complejidades”, comenta la crítica de arte Ana Garduño.

La acuarela aún es una técnica marginal y más conceptual

En entrevista con Excélsior, la curadora de la colectiva admite que la acuarela “sigue siendo una técnica marginal, sobre todo ante el arte contemporáneo, que es más conceptual y utiliza menos el trabajo manual”.

Destaca que esta técnica ofrece algo diferente. “La búsqueda de un universo paralelo donde podamos explorar temas más armónicos, con tonos más suaves. Un refugio para el mundo contemporáneo, que puede ser bastante caótico, desorganizado, agresivo, violento.

“La luz, por ejemplo, cambia el ánimo del espectador. La acuarela busca hablar de otra parte de nosotros mismos, que no es el asunto violento de grandes contrastes y propuestas. Apela a las emociones y a la memoria visual”, explica.

La investigadora dice que pusieron a dialogar a los acuarelistas jóvenes con Guati Rojo “para mostrar la vigencia de su obra, que sigue siendo moderna, de vanguardia, innovadora.

Él nos dio la pauta para hacer los núcleos de la exposición: paisaje, arquitectura, escenas religiosas, el cuerpo femenino, que anteponemos a las curvas de los jóvenes, sus armonías cromáticas”, agrega.

La acuarela, una técnica históricamente subestimada en el arte

Admite que todavía hay un descrédito inadecuado de la acuarela. “Nació siendo una técnica para bocetar lo que se quería pintar después. No era una obra terminada en sí misma, sino que era la herramienta con la que los artistas hacían sus obras. Hasta los siglos XVIII y XIX, empezó a tener una autonomía”.

Dice que otro problema es que es una técnica muy complicada. “Tienes que trabajar muy rápido, tener mucha pericia, experiencia, conocer bien el material, porque se seca pronto el agua y ya no puedes seguir trabajando la zona.

También existe el prejuicio de que la acuarela es una técnica que les gusta a las mujeres no profesionistas, que la usan como hobby de domingo; las que toman cursos en la mañana, cuando los hijos están en la escuela, y la trabajan en las tardes”, acepta.

“Ha costado mucho valorarla como una obra en sí misma, que nació desde el principio para ser acuarela y no aspira a ser una pintura al óleo o al temple. También el hecho de que su base sea cartón o cualquier tipo de papel, no se cotiza a los precios de un óleo que va en tabla o en tela”, añade.

Guati Rojo y la reorganización de los acuarelistas en México

Garduño indica que “tenemos grandes acuarelistas en México, pero no estaban organizados. El gremio estaba aislado, se les veía como muy conservadores, muy tradicionalistas, anclados en formas de pintar del siglo XIX.

“Y, porque no trabajaban temáticas revolucionarias ni de crítica política, como la Escuela Mexicana de Pintura, cuestionaban que la acuarela fuera dulce, con colores suaves, que recreara flores tenues, paisajes, escenas costumbristas, domésticas.

Guati Rojo empezó a agrupar a los acuarelistas, a fortalecer el gremio. Fundó la Asociación de Acuarelistas, hizo el Patronato, dio clases para formar artistas profesionales, fundó el Museo Nacional de la Acuarela y empezó a formar un acervo valioso".

“Gracias a su impulso, la acuarela ha sido revalorada; pero aún falta consolidar su presencia en la escena artística actual”, añade.

Las obras de artistas jóvenes como Fabián Parra, Angélica Hernández, Eunice Maldonado y Natanael Hernández, entre otros, demuestran lo que puede evocar la acuarela y su fuerza creativa.

*mcam