CIUDAD DE MÉXICO.
El 7 de enero pasado fueron desalojados 400 ambulantes de la Alameda Central de la Ciudad de México que habían ocupado los espacios gracias a permisos de administraciones anteriores. Hoy, siete meses después, regresan a los lugares que dejaron, pero ahora hasta la Policía Montada, que resguarda la zona, se unió a la verbena popular para hacer negocio.
El monumento a Beethoven, ubicado entre la Alameda Central y el Palacio de Bellas Artes, es utilizado como escenario para funciones de payasos y también para que los paseantes se tomen la foto encima de los caballos de la Policía Montada, a quienes les brindan una cooperación voluntaria que va de los 10 a los 20 pesos.
Doña Mary, una de las ambulantes, comentó sobre su estancia en la Alameda Central. “Nosotros nunca dejaremos la Alameda Central, porque nuestros líderes siempre tienen el poder de convencer a los funcionarios tanto del Gobierno de la Ciudad de México como de la alcaldía de Cuauhtémoc. Nos vamos por un tiempo, pero cuando se les olvida, aquí estamos de regreso y hoy trabajamos tranquilos, porque hasta las autoridades nos protegen. Los policías pasan, nos ven, nos saludan y hasta nos compran”, expresó.
En 2012 se realizó una inversión de más de 245 millones de pesos para rescatar este espacio emblemático, limpiar los jardines, remodelar las bancas, poner nuevos pisos para regresar la majestuosidad de antaño. Hoy, eso ya quedó en el olvido.
Por una cooperación voluntaria, que va de los 10 a los 20 pesos, los turistas se toman fotografías en los caballos de la Policía Montada. Foto: Jesús Monje
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