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Patricia Santín Olvera, sus señas fueron clave para el FBI

La intérprete de señas de la Asamblea Legislativa ayudó a sordos mexicanos en Nueva York
 

Georgina Olson | 18-01-2019
Patricia Santín Olvera decidió su vida profesional a los 25 años. Foto: Mateo Reyes

CIUDAD DE MÉXICO.

En 1997 el FBI investigaba el caso de un grupo de mexicanos sordos que fueron llevados con engaños a Nueva York y obligados a trabajar en condiciones miserables, pero la agencia no tenía forma de comunicarse con las víctimas, hasta que una intérprete de señas estadunidense les dijo que debían buscar en México a Patricia Santín Olvera.

Los norteamericanos habían conocido a Pati meses antes en un encuentro nacional de intérpretes en El Paso, Texas. La vieron trabajar para los hispanohablantes durante una visita guiada al Museo de Historia Natural.

Para entonces, Santín Olvera ya llevaba años como intérprete de lenguaje de señas, había estado en mesas de trabajo de funcionarios del DIF con integrantes de la comunidad sorda, donde se abordaba la situación de esa comunidad y  sus carencias.

Así, en 1997 el gobierno de Estados Unidos la contrató para que con el FBI tradujera lo que los mexicanos sordos, víctimas de trabajos forzados, trataban de decir.

“Ha sido la experiencia profesional y personal más dura de mi vida, por la situación que esos mexicanos habían sufrido y por lo que implicaba”, dijo a Excélsior quien fue despedida por la I Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, pero llamada a interpretar en el Pleno por un grupo de diputados el miércoles pasado.

LA SEÑA DE SU VIDA

En 1989, con 25 años, Pati caminaba por la colonia Portales cuando de pronto una mujer la abordó y trató de comunicarse con ella en lenguaje de señas. Se le veía desesperada.

“Mientras trataba de comunicarse conmigo, empezó a llorar de una manera desgarradora, pero yo no le entendía y eso para mí significó mucho. De pronto pensé ‘¿cómo es posible que no me pueda comunicar con ella?’”, recordó.

Al día siguiente buscó a una amiga que conocía el lenguaje de señas y ella la llevó a que aprendiera con una pareja de personas mayores.

Un día, en plena clase, vio entrar a aquella mujer que tiempo atrás la había abordado en la Portales, pues era amiga de los instructores.

Pati le preguntó si se acordaba de ella y si recordaba lo que había tratado de decirle aquel día en la calle. Lo que la mujer había intentado contarle era que había sido despojada de su herencia por parte de su hermano, quien la estaba obligando a trabajar como sirvienta y prácticamente la tenía secuestrada, pero que había logrado escapar.

Pati ha trabajado con el DIF, el Indesol, la entonces delegación Cuauhtémoc y también ha apoyado a  sordos en reclusorios, algunos de ellos detenidos sin órdenes de aprehensión.

Tras 11 años en Donceles, ahora Pati es una de las 77 personas que recibió la base durante la VII Legislatura de la Asamblea Legislativa, pero en diciembre ésta fue desconocida.

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