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Comunidad

Macrocriminalidad acecha a menores; violencia en el Centro

Adolescentes con mando captan a jóvenes de los estratos más bajos; lo que se disputan son “territorios de valor” para el crimen, señalan especialistas

Gerardo Jiménez | 23-11-2020
Ilustración: Jesús Sánchez
Ilustración: Jesús Sánchez

CIUDAD DE MÉXICO.

La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) ha detectado que los grupos del crimen organizado que se encuentran asentados en el Centro Histórico, como La Unión Tepito y la Anti-Unión, tienen como modus operandi para el reclutamiento de menores de edad la utilización de familiares, quienes también son adolescentes.

(Los líderes de estos grupos) insertan a sus familiares en un nivel superior, no de riesgo, sino de mando y los menores de escasos recursos (captados) terminan haciendo las labores de halcones, cobros de piso y extorsiones.

Esto se da en las escuelas, en los propios barrios, porque esa es una zona de crimen organizado y tienen muy pocas alternativas laborales que no sean incorporarse a hechos criminales o en el comercio informal”, detalló Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Redim.

Sostuvo que los asesinatos de los menores mazahuas de 14 y 12 años a finales del mes pasado demuestran que en las calles del Centro Histórico operan esas redes de macrocriminalidad, las cuales con estos crímenes mandan un mensaje por el control territorial.

Hay un escenario de crimen organizado que tiene redes de macrocriminalidad que están vinculadas con la cosecha de votos, que están vinculadas con el comercio informal, que opera desde hace muchas administraciones y cada día tienen más poder”, abundó Pérez García en entrevista con Excélsior.

Ya desde uno de sus más recientes informes, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertaba de la presencia de grupos dedicados a actividades delictivas en las zonas o comunidades más pobres y excluidas, lo que supone un riesgo para los adolescentes de esas comunidades.

Estos grupos, aprovechándose de las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran estos niños y adolescentes, los captan para utilizarlos en diversas actividades asociadas a su actuar; desde la vigilancia (halconeo), a actividades de carácter delictivo (como la extorsión o el traslado y venta de drogas). y el ejercicio de acciones violentas (como el secuestro y el sicariato).

En determinados contextos de exclusión y pobreza, la vinculación a estos grupos es vista por los adolescentes como una oportunidad para generar ingresos e incluso para obtener reconocimiento y respeto”, se detalla en el capítulo 13 del Informe Violencia, niñez y crimen organizado en América, publicado en 2015.

Imagen intermedia

Territorios de valor

Las colonias donde han ocurrido estos asesinatos de menores en la zona del Centro Histórico se conocen como “territorios de valor”, de acuerdo con Emilio Daniel Cunjama López, profesor investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

Ya sea porque es una ruta importante para el trasiego de droga, porque es una plaza para la venta de droga o son lugares donde se cosecha bien, entonces estos territorios son peleados y pugnados”, apuntó.

El especialista en grupos delictivos refirió que este contexto de violencia como el del Centro Histórico y la colonia Guerrero hacen propicia para los jóvenes la opción para vincularse a la violencia y la criminalidad, se vuelve “atractivo” pertenecer a una organización criminal, ya que la “legalidad” ofrece un trabajo precario y las oportunidades de ascender son mínimas.

Es un caldo de cultivo muy fértil para que las organizaciones delictivas puedan reclutar muchachos, que están posicionados en la precariedad, no solamente económica, sino también cultural.

También se genera un ideal al participar en estas organizaciones delictivas, pero también dentro de la delincuencia organizada hay división del trabajo y hay una especie de precarización; entonces no todo mundo tiene el acceso a los bienes materiales y ellos entran al lumpen de la delincuencia organizada, a tomar posiciones en los eslabones más bajos y a generar el trabajo sucio en estas actividades delictivas”, abundó el investigador.

Cunjama López cuestionó que el gobierno capitalino ponga énfasis en la participación policial y Guardia Nacional para frenar esta ola de violencia contra los menores de edad y sean mínimos los factores de protección a través de políticas sociales.

No son policiales, ni reactivos, son programas preventivos; lo que se necesita es generar un sistema de prevención social. ¿Qué ofrece el gobierno de la ciudad mucho más seductor que la oferta de la vida de la ilegalidad? Nos urge generar un modelo municipal (o de alcaldías) de prevención del delito que permita coordinar a todas las entidades bajo una misma metodología de acción”, concluyó el investigador.

 

Desapariciones

Juan Martín Pérez García, director de la REDIM, afirmó que las autoridades de la Ciudad de México saben cuáles son las 20 colonias de las que han desaparecido más adolescentes: están en Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza y Cuauhtémoc, aseguró.

 Pero no las quieren tocar por criterios económicos y electorales, son alcaldías que generan muchos votos”, señaló.

Pérez García, explicó que la autoridad “no quiere afectar el status quo porque no sólo implica atacar al crimen organizado, sino (afectar) a parte de las empresas de la zona que operan en la legalidad, pero que participan en acciones de lavado de dinero con los cárteles y son zonas importantes en cuanto a los votos (electorales) que aportan”.

 

-Con información de Georgina Olson

 

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