Balance Leagues Cup

Son varias las cuestiones que habría que modificar para apostar por la continuidad.

Para que las próximas ediciones de la Leagues Cup sean virtuosas para la Liga MX, se deberán replantear distintos términos de la logística y la competencia.

Desde este mismo espacio señalamos dudas sobre un torneo que obligaba un prematuro inicio del Apertura que no sólo dificultaba la planificación deportiva de los clubes, sino que, además, ponía la Liga MX en standby por un mes y no daba certezas sobre la actividad de los equipos, ya que la misma dependería del avance individual de cada uno de ellos en la competencia.

Terminada la Leagues Cup nos encontramos un escenario en el cual Necaxa concluyó su participación el 29 de julio, luego de jugar dos partidos, y Rayados finalizó 21 días después habiendo disputado siete encuentros y recorrido miles de kilómetros. Es difícil concluir cuánto puede perjudicar o beneficiar la pausa prolongada en uno y la carga de partidos en otro, pero, sin dudas, hay un desequilibro en el estado de forma de dos contendientes de una misma competición.

Declararon algunos directivos de Liga MX que no está claro que en esta primera edición los beneficios económicos (la variable que, a priori, justificaba el esfuerzo) hayan compensado las dificultades. Asumiendo que haya sido una apuesta a futuro —la incorporación de Messi a la MLS aumenta el potencial—, son varias las cuestiones que habría que modificar para apostar por la continuidad. Imagino que ya estarán en ello.

Con dudas sobre el beneficio deportivo que nos representa jugar este torneo, y a pesar del magro resultado general, sigo creyendo que los buenos equipos mexicanos son superiores a la media de los estadunidenses. Habiendo visto más detalladamente los clubes de MLS, encontré una característica coincidente con los de Liga MX que diferencia ambas ligas de la elite: tarde o temprano, los equipos se vuelven largos y se producen espacios y transiciones que ya son inéditas en la alta competencia. Siempre se dijo que la MLS es muy física. La verdad es que no observo una enorme diferencia, lo que sí veo es que es una competencia de grandes esfuerzos físicos consecuencia de la necesidad de compensar los huecos y desequilibrios que aparecen entre líneas.

En ese contexto, esta versión clarividente de Messi que domina a la perfección el tiempo y los espacios será indetectable. Ignorando las miles de teorías sobre la importancia vital de la pretemporada, llegó a Miami y, casi sacudiéndose la arena de la chanclas, ganó el torneo, convirtiéndose en el jugador más laureado de la historia. Casi nada.

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