Difícil de lograr
La trigésima tercera edición de los Juegos Olímpicos de la era moderna llegó a su fin. Como un suspiro se nos fueron poco más de dos semanas de una fantástica fiesta deportiva y de hermandad, en la que algunos de los mejores atletas del planeta nos maravillaron con ...
La trigésima tercera edición de los Juegos Olímpicos de la era moderna llegó a su fin. Como un suspiro se nos fueron poco más de dos semanas de una fantástica fiesta deportiva y de hermandad, en la que algunos de los mejores atletas del planeta nos maravillaron con sus hazañas.
París fue el escenario ideal para recibir a la máxima justa deportiva, combinando la belleza de una histórica ciudad, con la enorme capacidad de los franceses para hacer bien las cosas. Aunque hubo cosas que pudieron ser mejores, los JO del verano fueron un éxito. Por desgracia, el balance México no lo fue, algo que era esperado, salvo para la titular de Conade, que de manera imprudente habló de 10 medallas para la delegación nacional, para luego culpar a los deportistas de su fallido pronóstico.
Aunque ella no tiene la culpa, según lo expresado por el Presidente de la República, que decidió responsabilizar al pasado de lo sucedido en París. Según él, los anteriores gobiernos fueron los culpables de los resultados que nos colocan a años luz de la élite deportiva, cuando durante los seis años que Ana Guevara estuvo al frente del organismo gubernamental hizo muy poco por mejorar la situación, entregando peores resultados que varios de sus antecesores. Aquí seguimos sin un sistema que soporte al alto rendimiento, con un deporte sumido en la corrupción rampante en la mayoría de las federaciones, mientras otras naciones trabajan sin cesar para alcanzar la excelencia atlética. Vimos cómo varios países avanzan, cosechan una enorme cantidad de preseas, incluso, algunos que ni se encuentran entre los más ricos del mundo o que tienen una población mucho menor a la nuestra. México se encuentra entre las 13 economías más fuertes, sólo nosotros y la India no aparecen entre las que mayor cantidad de medallas obtuvieron en la capital francesa. Contamos con más de 130 millones de habitantes, muchos jóvenes, y el corrupto sistema deportivo que tenemos ha dado para ganar sólo 14 medallas en los últimos tres Juegos Olímpicos.
Por su parte, el resto de los que completan el top 13 son potencias mundiales. Allá se han puesto a trabajar, cada uno con su sistema, ya sea con una política de Estado, como sucede en China, o como ha ocurrido en la mayoría, con un gobierno apoyando, y con la iniciativa privada haciendo lo propio.
Si no se dan cambios de raíz es imposible esperar resultados diferentes, seguiremos aspirando a un puñado de preseas y a unos cuantos ídolos. A diferencia de las naciones dominadoras en París, que aun dejando escapar algunas preseas, tienen tantos atletas entre la élite, que pueden fallar en unas cuantas pruebas y los resultados, en general, serán exitosos, aquí dependemos de un puñado de atletas que hacen su mejor esfuerzo, que son ejemplos para seguir, pero que, si tienen un mal día, entonces la posibilidad de superar las nueve medallas de México 68, seguirá siendo algo difícil de lograr.
