Falleció el ilustre Ángel Papadópulos

Los Pumas le deben la creación de la Cantera y el futbol mexicano muchas de las innovaciones en la dirección técnica

thumb

CIUDAD DE MÉXICO, 24 de agosto.- Muchos, como los propios jugadores en la fotografía, se quedaron perplejos cuando el general José Manuel Núñez, propietario del 
Atlante, nombró a Ángel Papadópulos entrenador a los 30 años. Era 1955 y se convertía en el segundo técnico más joven del mundo.

Después de jugar en el Asturias y el Necaxa, lo hicieron entrenador por la enfermedad de Manuel Casal, “y me aumentaron considerablemente el sueldo”, llegó a expresar Papadópulos.

El hombre que ingenió la factoría del Club Universidad con nombres como Miguel Mejía Barón, Genaro Bermúdez, Aarón Padilla, Mario Velarde y Héctor Sanabria, y que fue el primer entrenador mexicano en dirigir en el Estadio Azteca en su inauguración, en 1966, falleció la noche del sábado, a los 90 años.

Ángel Papadópulos fue un hombre que entendió al futbol, pero por encima de todo al futbolista. Al menos así lo recuerda Arlindo, el primer anotador en el Azteca.

Por encima de todo tenía un don de persona maravilloso. Era muy educado. Jamás lo vi hacer un aspaviento, reclamar sin necesidad o hacerse notar. Fue muy certero y ecuánime porque comprendió lo que los jugadores sentían”, señala Arlindo vía telefónica.

Papadópulos nació muy cerca de la Alameda Central en 1925, en la calle de Doctor Mora. Como catarata le cayó el amor infantil por el futbol, aunque su padre, un griego exiliado, se lo prohibiera.

Me quemaba los zapatos de futbol en el boiler. Luego, cuando aceptó que practicara, me despedía de la casa diciéndome que anotara más de diez goles”, relató en 2013 para el programa Al otro lado del balón.

Le dieron la oportunidad en el Atlante muy joven y con un esfuerzo titánico le llegó directo al corazón y a la mente al futbolista, porque “entendí que lo primero que debía era comprender las fallas de los jugadores para atacarlas”.

Arlindo lo recuerda como uno de los hombres que más sabía de futbol en México.

Trabajaba en el campo hasta agotarse y hablaba directo, mirando a los ojos. Jamás se complicaba a la hora de dar un discurso, eso le ayuda mucho al futbolista”, recuerda Arlindo.

Víctor Manuel González, que lo tuvo en divisiones inferiores con Pumas y América, lo consagra como una de las figuras a reverenciar de por vida.

Yo jugué en segunda división con Pumas y me tocó que me entrenara en las inferiores del América. No le conocí enemigo como tampoco algún desplante. Era el bien amado Papadópulos, porque siempre fue muy recto con todos”, refiere.

A Excélsior, en 1995, y tras más de 20 años trabajando como instructor de entrenadores de la FIFA, le dijo al reportero Sergio Bañuelos: “Los entrenadores mexicanos descuidan aspectos importantes. No convencen a los jugadores de que el trabajo en el entrenamiento los va a llevar a efecto en los partidos de alta competencia”.

Aunque a Víctor Manuel González le cuesta recuperar las imágenes de su viejo entrenador, hay una que rehace en su cabeza, la de Renato Cesarini, un italiano afamado en la dirección técnica de Pumas, siempre de pie, de pants, oyendo lo que le comentaba Papadópulos.

Muchos dan por sentado que Cesarini fue el creador de la Cantera Puma y, en efecto, merece un gran título por ello, pero la verdad es que no hubiera podido sacar a tanto joven sin los consejos de Papadópulos, que le sabía llegar y hacerle entender las cosas”, señala.

Papadópulos dijo que la marea de chicos que hicieron de Pumas un club cien por ciento mexicano no fue por un plan, “sino por tanto chamaco que tenía con calidad; ya no sabía dónde ponerlos”.