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¿Hasta exonerar a Echeverría?

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

Javier Duarte está con un pie en Londres. O al menos eso asegura Miguel Ángel Yunes. El gobierno veracruzano afirma que si aquél obtiene su libertad, no dudará en irse del país y correr, claro, al encuentro con su esposa, Karime Macías, quien a pesar del santo y seña de su paradero, ahí sigue, dándose vida de realeza. Por eso señalan que el riesgo de fuga es enorme. Y no es que necesitemos de esta perspicacia. Javidu lleva la delantera en su proceso legal. Las autoridades reconfiguraron una de las acusaciones contra el exgobernador porque no tuvieron elementos para sostener el delito de delincuencia organizada. Fue la nota desde el martes por la tarde noche, ayer el escándalo siguió. Y es que, con la nueva acusación, Duarte podría seguir su proceso en libertad. Por eso, Yunes Linares advierte de que esto se materialice, pues su enemigo político tendría que ser entregado de inmediato a las autoridades de su estado. No se les vaya a fugar. Ya lo hizo una vez.

La PGR se anota así un golpe más en menos de un mes. Y es que apenas este lunes de regreso a clases estuvo marcado por el también regreso de Elba Esther Gordillo. La causa que el actual sexenio se anotó en 2013, y que era presumida como la bandera de la lucha anticorrupción, quedó más bien como el trapo roído de un expediente armado con las extremidades inferiores. Con los pies, pues. Maquiaelba está de vuelta y con sed de venganza, según la escuchamos en su mensaje en el Hotel Presidente Intercontinental, en donde lució como recién salida de un spa. Éste fue el primer golpe de la Procuraduría en agosto. Pero no han sido los únicos descalabros de la dependencia encargada de impartir justicia. ¿Qué otra cosa podría esperarnos si no hay, a la fecha, un procurador? Tenemos meses con un encargado de despacho.

Así podría explicarse el desinterés en el armado de los expedientes que con una ráfaga de amparos se desintegran. Apenas el viernes, Guillermo Padrés recibió una orden de libertad por el delito de defraudación fiscal. Otra causa perdida para la PGR. Aunque seguirá preso, el peso de la culpa hace más ligera. Aunque el único delito que lo mantiene en el Reclusorio Oriente es el de delincuencia organizada, pero es el mismo que no se le acreditó ni a Javier Duarte ni a Elba Esther Gordillo. Así que, en una de ésas, vemos de nuevo en las calles al exgobernador de Sonora.

Y si la memoria no me falla, ¿recuerdan a Andrés Granier, el exgobernador de Tabasco, mejor conocido como El señor de los zapatos? Pues éste fue absuelto por la acusación de lavado de dinero por 35 millones de pesos. Sigue preso, sí, purgando una condena de 11 años por peculado; pero hace un par de meses obtuvo una orden de libertad en el Tribunal Superior de Justicia del estado que gobernó, por otra acusación de peculado. Y pues ya está en edad de pedir prisión domiciliaria. Está a un paso de poder disfrutar de sus más de 400 pares de zapatos, mil camisas, etcétera.

Ni hablar del caso Odebrecht. Es día en que, a pesar de las revelaciones periodísticas aquí y de las confesiones de los directamente involucrados en otros países del continente, no hay una sola causa contra los responsables. Y de ejemplos no paramos: César Duarte sigue prófugo. Al igual que con el otro Duarte, se previno a las autoridades sobre su posible fuga y, pues sí, se les fugó. Nos dicen que saben más o menos dónde está el exgobernador de Chihuahua, pero lo cierto es que, a pesar de las acusaciones en su contra, sigue libre. Lo mismo ocurre con Roberto Sandoval, no hay causas en su contra, no obstante los señalamientos contra el exgobernador de Nayarit. El caso Ayotzinapa, éste como el mejor y más triste ejemplo de la orfandad de justicia. ¿Cuántos expedientes más recuerda usted que fueron desechados, congelados o desacreditados por el mal trabajo de una PGR ausente y una Secretaría de Gobernación a la que nunca debió fugársele El Chapo? ¿Dónde están hoy los responsables de tan fallidas investigaciones?

Quedan alrededor de cien días de esta administración. No sabemos qué otro caso se les pueda caer. En una de ésas, termina el sexenio con la exoneración de Luis Echeverría. Igual y habría quien también lo recibiría con aplausos y alegría.

 

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