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Ciro

Yuriria Sierra

Yuriria Sierra

Nudo gordiano

 

Ciro Gómez Leyva es el periodista más importante del país junto con Denise Maerker, Carmen Aristegui y Javier Alatorre. Es una de las figuras del gremio más visto y escuchado en radio y televisión. Ciro es, además, uno de los que más conversación genera y pone agenda en la vida pública, en la sobremesa, en las redes. Su carrera la integran investigaciones precisas que han provocado reacciones a todos los niveles. Gracias al trabajo de Ciro Gómez Leyva conocimos las atrocidades del padre Maciel, también mantuvo sobre la mesa las violaciones a procesos penales de personajes que ya habían sido condenados mediáticamente. Él no ha tenido miedo de contarlo.

Durante su emisión de este viernes, Ciro narraba que la camioneta blindada que le salvó la vida, la aceptó de parte de Grupo Imagen tras la amenaza que recibió luego de difundir la investigación que reveló actividad criminal desde el Reclusorio Norte. Así de importante es el peso de una figura como Ciro Gómez Leyva en el periodismo mexicano.

Vivimos en un país sumamente polarizado. Esto no podemos evadirlo. Todo lo que escuchamos del trabajo de la prensa, aun –y, sobre todo– desde canales oficiales, contribuye a la radicalización y estigma de este tan importante oficio. Cada palabra vulnera el ejercicio periodístico en un territorio que ya es uno de los más peligrosos del mundo para quienes nos dedicamos a él.

Yesenia Mollinedo, Sheila García, José Luis Gamboa, Pedro Pablo Kumul, Lourdes Maldonado, Margarito Martínez, Roberto Toledo, Armando Linares López, Juan Arjón López, Jorge Luis Camero, Ernesto Méndez, Antonio de la Cruz, Luis Enrique Ramírez Ramos, Juan Carlos Muñiz, Heber López Vásquez, Fredid Román. Todos periodistas asesinados tan sólo en este año en nuestro país. Más de 150 homicidios en los últimos veintidós años, pero estos últimos cuatro han sido particularmente letales para la prensa en nuestro país. El alcance de la violencia ha encontrado su oportunidad a través de la impunidad: nada pasa, nadie es castigado y quienes tendrían que ser los primeros en condenar los hechos son quienes optan por alimentar la narrativa que pone a la prensa como “adversaria”, como si no fuera ésta uno de los pilares más significativos de una democracia.

A Ciro lo atacaron en un operativo similar al que le quitó la vida a Lourdes Maldonado: tan cerca de casa. Ni ella ni él ni nadie debería estar bajo ese riesgo. La impunidad no puede seguir como el común denominador en cada crimen que se comete en nuestro país, porque ésta ha sido siempre el pase de entrada y expansión de la violencia. Sin embargo, algo es seguro: el miedo nunca es causa para optar por el silencio.

Ciro querido, desde aquí te abrazo. Mi gigante admiración a tu trabajo y valentía de siempre.

 

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