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Por el bien de todos, primero… ¿los maestros o los médicos?

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

Con el escenario que se viene de una tercera oleada de casos, después de Semana Santa, porque medio mundo ya está en la calle y en los centros turísticos, todo apunta a que sería un error seguir privilegiando en la vacunación contra covid-19 a los maestros por encima de los médicos. El gobierno federal se alista para seguir vacunando a maestros en otras entidades, además de Campeche. Este podría ser el caso de Chiapas y Sonora. Con esta medida, sin duda, se avanzaría en atender los problemas de educación que ha traído la pandemia, especialmente en las escuelas públicas, que es en donde se enfrentan los mayores rezagos.

Pero lo que se ha perdido de vista es que se podría generar un problema mayor en temas de salud. Porque si bien está demostrado que los niños son quienes corren menos riesgos, lo cierto es que también se ubican entre la población que puede ser mayoritariamente asintomática y que pueden llevar los contagios a sus hogares. Y que a los médicos les tocaría atender a sus familiares. No hay que perder de vista que la población que más ha fallecido por el virus SARS-CoV-2 se ubica en el rango de las edades de 45 a los 64 años de edad, y que la mayoría de esta población tardará varios meses en ser vacunada. De tal suerte que, en un escenario de este tipo, se dispararían los contagios y las hospitalizaciones, que tendrían que enfrentar personal médico, tanto del sector público como del privado.

Los médicos tienen razón cuando se manifiestan y protestan pidiendo que primero terminen de vacunarlos a ellos, antes que a otros sectores de la población. Y cuando digo que se les debe vacunar me refiero a todos, públicos y privados, del área covid y no covid. Hay que tener presente, por ejemplo, que los consultorios anexos a farmacias en realidad forman un sistema de salud privado, de bajo costo y fácil acceso, paralelo al de los gobiernos federal y estatal. Hasta ayer, la Secretaría de Salud reportaba una cobertura de vacunación del personal de salud de 829 mil 803 para la primera dosis y 592 mil 460 para la segunda, lo que representa una cobertura de 71 por ciento.

Mientras que su último reporte sobre casos y muertes en personal de salud revela que 228 mil 157 trabajadores (desde laboratoristas, enfermeros, dentistas y médicos) resultaron contagiados por el SARS-CoV-2, de los cuales tres mil 471 fallecieron. De estos últimos, 47% eran médicos; 29%, trabajadores de la salud; 19%, enfermeras; 3%, dentistas, y 2%, laboratoristas.

Esperemos que estas cifras no sigan creciendo. Y que se priorice la salud, en este momento, sobre la educación. Sin la primera, no hay la segunda.

ABATELENGUAS

Para asegurar que no haya robo, extravío, fuga, tráfico o como se le quiera llamar, de vacunas contra covid-19 en las distintas áreas de salud, Raquel Buenrostro, jefa del SAT, les pidió a Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, y a Thalía Lagunas, oficial mayor de Hacienda, que en la adquisición de las vacunas se usen las claves específicas relacionadas con la emergencia sanitaria para poder rastrearlas. En el documento que les dirigió también les pidió que se difunda entre el personal del gobierno federal que la vacuna es gratuita y no puede ser adquirida o distribuida por el sector privado. Esto último ante la preocupación de que se cometan fraudes con la venta de productos que se traten de hacer pasar como vacunas.

Pero también para prevenir un mercado ilegal de estos productos en caso de que se llegaran a sustraer de manera ilícita dentro del gobierno. Ahora sí que, más vale prevenir.

BAJO EL MICROSCOPIO

Si cada vez son más espaciadas las ausencias del subsecretario Hugo López-Gatell en las conferencias vespertinas, no se sorprenda. Si la imagen del vocero comienza a ser costosa conforme se acerquen las elecciones de junio, poco a poco, dicen los que saben de lo que pasa en Palacio Nacional, le irán quitando reflectores. Porque si antes el Presidente no le daba permiso de faltar ni en fin de semana a las conferencias vespertinas, eso parece que cambió desde que lo mandó a Argentina, tras sus polémicas vacaciones, y se reforzó tras su paseo por la Condesa, cuando todavía decía que era positivo a covid-19. Lo que lo está perdiendo a López-Gatell, dicen en Palacio Nacional, no es la oposición, es el amor. ¿Qué tal?

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