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La culpa no la tienen los cubanos

Ruth Rodríguez

Ruth Rodríguez

En el quirófano

No confundamos. Uno. Las quejas de los colegios, asociaciones y federaciones de médicos mexicanos contra el personal de salud cubano no son por su nacionalidad.

Y, dos, su presencia en México no es por un tema médico de apoyo en medio de la pandemia. Su estancia en el país parece más parte de un proyecto político que otra cosa, impulsado desde el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi, antes Seguro Popular), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el gobierno de la Ciudad de México y algunos gobernadores de Morena.

El tema es sencillo, desde que llegaron los médicos cubanos, envueltos en un halo de misterio por parte de la cancillería y la Secretaría de Salud, los vendieron como asesores expertos en temas de covid-19 y desde entonces han manejado diferentes cifras, que iban desde que sólo era un grupo de 10 personas hasta que ya son alrededor de 800. Pero lo cierto es que no llegaron para asesorar en materia de coronavirus, sino para que los médicos mexicanos los capacitaran, porque son médicos generales, enfermeras e incluso paramédicos. Ninguno con especialidad ni experiencia en temas respiratorios o de covid.

Y no habría ningún problema en apoyar a Cuba con la capacitación de su personal de salud. Pero la realidad es que su presencia en México tiene más tintes de un proyecto político, en el que se usa a los cubanos para recaudar fondos para su país, pues tan sólo en la Ciudad de México se estima que se destinaron 135 millones de pesos para este fin.

El problema real, conforme a testimonios recabados por médicos mexicanos que han convivido con ellos, es que el personal cubano recibe sueldos, viáticos y hospedajes superiores a los de nuestros connacionales y con jornadas de trabajo menores. Y no se tienen datos de que sus conocimientos, aunque sea como médicos generales, enfermeras o paramédicos, estén certificados.

El problema real es que organismos internacionales como la ONU consideran que estos grupos de médicos cubanos son usados en misiones en el exterior para recaudar fondos para su país.

El problema, pues, sería que se les esté usando para una causa noble con un fin político. Y que esto se estuviera maquinando desde el Insabi, que pertenece a la Secretaría de Salud federal con el apoyo de la OPS en México.

Y es que desde las propias instancias del sector salud federal hay a quienes les inquieta la tarea que han venido haciendo en este sentido Cristian Morales Fuhrimann, representante de la OPS en México, quien anteriormente fue representante de este organismo internacional en Cuba. Y Alejandro Svarch Pérez, coordinador nacional médico del Insabi con fuertes vínculos también con la isla, entre otros funcionarios federales con su corazón en Cuba.

Esperemos que su labor sea más médica que política.

 

ABATELENGUAS

Salir o no salir, ése es el dilema de muchos mexicanos, sobre todo cuando se observa que los casos confirmados por covid-19 y las muertes no van a la baja; al contrario, siguen aumentando. El presidente Andrés Manuel López Obrador no le hace caso a su equipo de salud y el Consejo de Salubridad General quedó minimizado ante la figura presidencial.

Quizá por eso la UNAM, cuyo rector es Enrique Graue, que integra el Consejo, estima que no hay condiciones para que la comunidad universitaria regrese a clases.

 

BAJO EL MICROSCOPIO

Algunas fundaciones e instituciones de asistencia privada, sin fines de lucro, que se encargan de apoyar y ayudar a los Institutos Nacionales de Salud y a los hospitales generales del sector salud, han recibido mensajes velados del gobierno federal en el sentido de que quieren que sus donativos sean en efectivo y no en especie.

El problema es que las fundaciones, normalmente, para evitar cuestiones de corrupción, lo que usualmente hacen es pedirle a los directivos de los hospitales e institutos de salud que les digan qué equipos médicos necesitan, para después comprarlos y donarlos. Con estas acciones han ayudado al sector salud y han evitado que se hagan compras a precios mayores a los reales y que se desvíe el dinero.

Esperemos que el secretario de Salud, Jorge Alcocer, ataje este tema y acepte donaciones en especie antes de que se cancelen apoyos que tanta falta hacen.

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