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La colaboración contra covid-19 entre México y Estados Unidos

Roberto Velasco Álvarez

Roberto Velasco Álvarez

Puentes y cruces

El martes pasado, hace exactamente una semana, el Senado de Estados Unidos ratificó, con un sólido apoyo bipartidista (78 votos en favor; 22 en contra), a Antony Blinken al frente de la diplomacia de Washington. Ese mismo día, el nuevo secretario de Estado mantuvo su primera conversación con Marcelo Ebrard, su homólogo mexicano. La llamada refleja la alta prioridad que ambos países otorgamos a la relación bilateral, así como la disposición de nuestros gobiernos por avanzar en una relación constructiva, basada en la cooperación y el respeto mutuos.

En seguimiento a las llamadas entre los presidentes López Obrador y Joe Biden, los cancilleres Ebrard y Blinken discutieron avenidas de cooperación en materia migratoria. Además, ahondaron en los retos que ambos países enfrentamos por la pandemia actual, así como en la necesidad de profundizar los mecanismos de cooperación para mitigar los efectos del SARS-CoV-2. La idea, como he explicado antes, es clara: México propone una vacunación masiva y simultánea en la región que proteja a nuestras sociedades y que impulse la reactivación económica de Norteamérica, fundamentalmente a partir de la reactivación de nuestras cadenas de valor —ya bajo el esquema del nuevo T-MEC—.

Los resultados de cooperación en materia de salud que hemos alcanzado hasta ahora son significativos.

Vale la pena pasar revista sobre algunos de ellos, como el establecimiento del puente aéreo entre Nevada y Toluca que nos permitió adquirir ventiladores volumétricos —un bien escaso que llegó a México en un momento crucial y a un precio inferior al del mercado—. Destacan también los distintos insumos médicos clave que importamos, como cubrebocas y material de protección para el sector salud, así como los dos hospitales portátiles contra covid-19 que donó la Embajada de Estados Unidos en Chilpancingo y Zihuatanejo.

Conscientes de los enormes retos para hacer frente a la pandemia, ambos gobiernos hemos reiterado nuestro compromiso de robustecer los mecanismos de cooperación para acelerar la vacunación de nuestras sociedades. Como parte del portafolio de vacunas contra covid-19, bajo distintas modalidades, figuran tres de origen estadunidense. En primer lugar, tenemos la vacuna de Pfizer, empresa multinacional basada en Nueva York. Aprobada por la Cofepris, esta vacuna registra una efectividad de 95% y ha llegado ya a las 32 entidades federativas con más de 662 mil dosis para nuestro personal de salud.

Además de la vacuna de Pfizer y BioNTech, técnicamente registrada bajo el nombre BNT162b2, en el portafolio de México figuran también los proyectos de Janssen y de Novavax, ambos bajo pruebas clínicas en fase III. El primero, Ad26.COV2.S, consta de una sola dosis y es elaborada bajo el auspicio de Johnson & Johnson, farmacéutica con experiencia en la producción de vacunas contra el ébola. Para el análisis de este proyecto de vacuna, México registró quinientas personas para el estudio fase III. Si bien la vacuna mostró distintas tasas de efectividad, según la región en la que fue evaluada, el proyecto de Janssen muestra una efectividad de 85% contra los casos graves de covid-19.

Por su parte, NVX-CoV2373, el proyecto de Novavax, generó una efectividad de 89% en el estudio fase III realizado a 15,000 personas en el Reino Unido. La empresa con sede en Maryland actualmente implementa sus pruebas clínicas fase III en un estudio conjunto en Estados Unidos y México que involucrará a 30,000 personas entre ambos países. El biológico de Novavax representa un muy importante esfuerzo binacional para estudiar la efectividad y seguridad de un promisorio proyecto de vacuna que, además de tener una muy alta efectividad, tiene la ventaja de poder ser almacenada bajo un sistema de refrigeración convencional.

De este modo, México forma parte de dos estudios de vacunas contra covid-19 que indudablemente fortalecen nuestro portafolio global. Sumados a las más de 34 millones de dosis que recibiremos por parte de Pfizer, tanto el proyecto de vacuna de Johnson & Johnson como el de Novavax contribuirán de manera directa para que México salga de la crisis que nos ha traído la pandemia. Nuestro país seguirá, además, abogando a nivel global por un acceso universal a las vacunas, en contraste a algunas voces que buscan concentrar el acceso a las mismas en algunos países.

                *Abogado y maestro en políticas públicas. A cargo
                de dirigir la política para América del Norte de la SRE

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