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Ayotzinapa e Hidalgo

Ricardo Peralta Saucedo

Ricardo Peralta Saucedo

México correcto, no corrupto

Se cumplirán ocho años de la fatídica desaparición de 43 jóvenes estudiantes de Ayotzinapa. Las normales rurales tienen su origen en un ideario posrevolucionario para fortalecer y otorgar, a la planta docente, de un cuerpo de origen popular con sensibilidad social, con identidad a los grupos históricamente marginados de nuestro país, de las cuales dos son bilingües y el resto se encuentran con circunstancias políticas y económicas muy complejas, desde la infiltración por grupos extraños hasta la desestabilización que viene del exterior. Su existencia, a pesar del acoso, es fuerte, pero mermada ante el embate permanente. Son un botín valioso para la coyuntura política.

Las diversas “verdades históricas” de Ayotzinapa se han tratado de sostener con diligencias periciales en varias materias: criminalística de campo, química forense, fotografía, antropología, entre otras, todas obedeciendo al marco de las investigaciones que dirige un fiscal especializado, quien, a su vez, desde ese entonces, ha tenido a varios titulares, todos ellos tuvieron a su alcance decenas de tomos con larguísimas declaraciones, precedentes de interrogatorios, en lo que la teoría llama fase inicial de investigación, etapa procesal, donde el agente del Ministerio Público de la Federación tuvo a su alcance versiones de testigos, de imputados, de autoridades municipales, estatales y federales, como guía para instruir a sus auxiliares para ejecutar las diligencias ministeriales como son dar intervención a los considerados como primeros respondientes e investigadores para esclarecer la “notitia criminis”, es decir, la noticia criminal, todas las versiones.

De todas las líneas de investigación que se consideran para iniciar las pesquisas, algunas se desechan por no contener la suficiente fortaleza o indicios que den elementos para encontrar la pretensión punitiva estatal. Sólo subsisten aquellas versiones con idoneidad y franco convencimiento, incluso de credibilidad mediática.

El video expuesto por el grupo de expertos del GIEI que ha estado acompañando en coadyuvancia, pero de manera autónoma a la Fiscalía, da un giro completamente distinto a todas las versiones oficiales sobre las desapariciones, esta nueva hipótesis retrotrae y redirige la mira de los ahora posibles indiciados en una dirección que apunta a los altos mandos de la entonces Procuraduría General de la República, únicos responsables de la dirección de la investigación, salpica también a quienes, por acción u omisión, tuvieron mínimo conocimiento de los lamentables hechos, pero al mismo tiempo pudiera poner en libertad a los procesados y sentenciados de la supuesta verdad histórica del pasado, ya que esta probanza, si se acredita plenamente, se trata de una contundente desviación de la tipología penal atribuida a varias decenas de personas.

Estamos en una profunda paradoja, pues quien acuñó la frase “yo ya me cansé”, quien fuera procurador general de la República, hidalguense connotado y miembro de la camarilla que mantiene el priismo de Hidalgo desde hace más de 90 años, es un primer eslabón que puede llegar hasta Atlacomulco.

La descomposición del viejo régimen tiene entre sus grandes insignias a Ayotzinapa; iniciadas las campañas políticas para renovar 6 gubernaturas, está la enorme oportunidad para resarcirle a la sociedad y desterrar al viejo régimen y su modelo de gobierno para siempre de las entidades, Hidalgo no debe olvidar que, gracias a las malas decisiones del pasado y de un destacado paisano, fue producto de la complicidad, de la farsa y la tergiversación de hechos que ensombrecen la memoria nacional.

Ayotzinapa llega hasta Hidalgo como referencia de lo que ya no puede seguir ocultándose.

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