La educación sexual se contrapone a la formación en valores

• La educación sexual integral permite cultivar valores cruciales para la formación de ciudadanos más autónomos, plenos y con capacidad de contribuira la sociedad.

 MITO

La educación sexual se contrapone a la formación de
valores.

Uno de los mitos más generalizados entre los padres, es el creer que sus hijos que entran a la adolescencia no tienen por qué ocuparse de la sexualidad, porque lo importante es la formación de valores, como la justicia, la equidad social, la equidad de género, y nada más.

 CONSECUENCIA

A pesar de que, al parecer, actualmente hay más libertad para hablar del sexo en la familia, los padres muchas veces ocultan la información cuando el niño hace preguntas al respecto, y piensan que a su tiempo “ellos aprenderán", cuando la realidad es que la información sexual que los niños y adolescentes obtienen de sus compañeros de escuela o de lecturas puede ser deficiente, incompleta y muchas veces errónea, lo que hace que si un adolescente tiene conceptos equivocados sobre la sexualidad puede tener  conflictos, como equívocos sobre las relaciones sexuales, embarazos no deseados o enfermedades venéreas, sin contar los problemas sicológicos derivados de esa información errónea.

Las cifras están ahí: México es el primer

lugar en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos con embarazos adolescentes, más de 400 mil al año, al mismo tiempo 30% de las personas que se encuentran entre los 18 y 30 años han padecido o tienen una enfermedad de transmisión sexual, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

A pesar de estas cifras, aún hoy en día, hay quienes se oponen a la educación sexual integral con el interés de promover valores morales y espirituales que no tienen necesariamente un sustento en los derechos humanos.

 REALIDAD

La realidad es tan sencilla como esto: la sexualidad es inherente al ser humano y así como se recomienda la educación en salud, la educación en la sexualidad permite que el adolescente transite esta etapa de la vida sin conflictos ni errores.

Algunos de los valores que promueve la educación sexual integral son la justicia, la equidad social y de género, el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la libertad de elección y la responsabilidad y todos ellos resultan fundamentales para la vida de niños, niñas y adolescentes. Educar en libertad es el meollo del asunto; si bien las personas (padres, maestros) tienen derecho a guiar su vida según sus principios morales y espirituales particulares, es indispensable que respeten el ejercicio pleno de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes. La educación sexual integral permite cultivar valores cruciales para la formación de ciudadanos más autónomos, plenos y con capacidad de contribuir a la sociedad.

No podemos ignorar que la educación sexual integral tiene un marco ético inspirado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, reconocida por las constituciones políticas de muchos países, de modo que no más “secrecías”, no más “cuando crezcas tú sabrás”, una charla franca y abierta es la mejor solución.

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