Buenos días, grata experiencia

El programa tiene ya más de 37 años al aire

No dejes que “el viejo”

                entre en tu cerebro.

                C. Eastwood

Mi querido viejo: en esta semana tuve una experiencia muy grata que te quiero compartir.

Porque en esta época, en la que las noticias, la información y la vida misma están dependiendo de nuestro teléfono celular, entrar a un salón pequeño en el que se reúnen todos los días un grupo de comunicadores y varios invitados, presididos por un  hombre singular, que a sus ochenta y cuatro años sigue presente como lo ha hecho desde hace ya cincuenta, y en el que se tratan con total libertad todos los temas, es un verdadero agasajo.

Me refiero al programa de radio que tal vez tú conoces, Buenos días, de don Héctor Martínez Serrano.

De entrada, que el programa se llame Buenos días es no sólo optimista sino educativo, porque te habrás dado cuenta que muchas personas ya no dan los buenos días y pasan de largo como robots silenciosos y hoscos. Además, cuando tú dices “buenos días” es casi seguro que te respondan con las mismas palabras o cuando menos con una sonrisa, que es la mejor manera de comenzar el día.

Don Héctor, un ejemplo de envejecimiento saludable, a sus años está puntual a las cinco y media de la mañana acompañado de sus colaboradores Adela Castro, Rosa María Torres Nava, Mario Méndez, Manelic Martínez, Liliana Marina y don Tomás Mojarro.

El programa, con ya más de 37 años al aire, es ejemplo de organización y ligereza al mismo tiempo. Todos están contentos, todos participan y la charla es siempre interesante y, muchas veces, educativa.

Los temas son todos los que te quieras imaginar, querido viejo, y la enorme cantidad de oyentes manda decenas y decenas de mensajes, preguntas o comentarios, todos ellos leídos atentamente por don Héctor y comentados por todos los presentes.

El programa es como una entrañable mesa redonda en donde la palabra es fundamental. Pienso en esto porque en la actualidad hay una corriente de comunicación en la que lo visual es tan importante que, muchas veces, hay escenas visuales, atractivas y sorprendentes, que no tienen absolutamente nada detrás, no hay ideas, no hay propuestas. La palabra y su significado se pierden en el vacío.

Por eso me sentí tan contento en Buenos días, porque hablamos de las notas del día, los incidentes y noticias de México y del mundo; anécdotas de artistas y muchas cosas más.

Yo tuve la ocasión de hablar de la vejez y el envejecimiento saludable a partir de mi libro La Vejez ya no es lo que era, que motivó comentarios tanto de los asistentes como de los oyentes del programa en Radio Centro 690 AM y en muchas otras estaciones de AM y de FM.

Es interesante cómo al escuchar asuntos de la vejez, hay un gran interés en saber qué ocurre, qué va a ocurrir y cómo podemos evitar los problemas de esta etapa de la vida.

Y como siempre, en el micrófono reiteré lo que aquí comentamos tú y yo todos los días: la vejez es el resultado de una vida vivida.

Si la vida la vivimos con lo que don Héctor llamó “moderación”, nuestro cuerpo y nuestra mente lo agradecen y tendremos una vejez saludable que nos permitirá disfrutar mejor cada día.

Don Tomás Mojarro señaló que hace unos días se sintió viejo porque un familiar lo trató como viejo ayudándolo a subir escaleras, tomándolo del brazo como si fuera inútil y eso es importante tomarlo en cuenta.

Nuestros familiares deben saber que mientras sea posible, queremos vivir con independencia y que si necesitamos ayuda la recibiremos bien, pero si no, esos gestos de “apoyo” no son ayuda real, aunque se hagan con cariño.

Bien por el programa Buenos días, bien por la conversación alegre e inteligente, bien por el ejemplo de don Héctor que sigue adelante cada madrugada, bien por el equipo eficiente y optimista que lleva cada mañana su mensaje a decenas de miles de hogares.

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