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Survivor político

Pascal Beltrán del Río

Pascal Beltrán del Río

Bitácora del director

El descubrimiento de cucarachas vivas entre los escombros de Hiroshima y Nagasaki –después de los bombardeos atómicos que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial–, llevó a la impresión de que esos bichos pueden sobrevivir a una guerra nuclear.

Y aunque la hipótesis ha sido exagerada hasta cierto punto, la verdad es que, de acuerdo con pruebas de laboratorio, dichos insectos resisten una exposición prolongada de mil radones de cobalto 60, que matarían a una persona en diez minutos.

La explicación, dicen los especialistas, es que la replicación celular de las cucarachas es mucho más lenta que la de los humanos.

En la política también hay unos organismos que resisten a los cataclismos en tanto otros sucumben.

Mientras la explosión que ocurrió el 1 de julio en la política mexicana tiene al PRD en su lecho de muerte y produjo daños aparentemente irreparables en el PRI y el PAN, el Partido Verde se pasea alegremente por los escombros, buscando de qué nuevo anfitrión alimentarse.

Este ser vivo –muy vivo– de la política ha sabido infestar el territorio de organismos mayores, y comer lo que éstos producen hasta que dejan de producir.

Es probable que el Verde sea el único partido político en México que se ha aliado con todos los demás. Y si no es el único, lo seguro es que es el solitario sobreviviente de la usura electoral.

Nacido como Partido Verde Mexicano y transmutado en Partido Verde Ecologista de México, esta organización se alió –aún sin registro– con el Frente Democrático Nacional, que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas en la elección presidencial de 1988. Seis años después, nominó como aspirante a Los Pinos a su fundador, Jorge González Torres.

En los comicios intermedios de 1997, se convirtió en la cuarta fuerza a nivel nacional. Tres años después, apoyó la candidatura presidencial del panista Vicente Fox, con la que triunfó.

En 2003, sintiéndose maltratado por el guanajuatense, el PVEM se fue con el PRI, a cuyo aspirante, Roberto Madrazo, postuló en las elecciones de 2006.

Mantuvo su alianza con el tricolor en las elecciones presidenciales de 2012 y 2018, y ahora ha decidido subirse al barco triunfador de Morena, partido al que permitió hacerse de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, al cederle a cinco de los 16 miembros de su bancada. Con eso, Morena pasó de 247 a 252 legisladores.

El paso de costado del Partido Verde hacia el nuevo oficialismo comenzó a hacerse notar con el apoyo político que Manuel Velasco Coello, exgobernador y senador chiapaneco –y figura prominente en el partido del tucán– ha procurado al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador.

El sendero del oportunismo se ha convertido para el PVEM ahora en una ancha autopista, por donde transitará para hacer suyas las candidaturas de quienes decida Morena postular en las elecciones locales que tendrán lugar este año.

Para comenzar, lo hará en Puebla, donde el fin de semana se anunció la conformación de una coalición con Morena, PT y PES para nominar a un abanderado común, a fin de participar en los comicios extraordinarios para gobernador de ese estado.

La capacidad de sobrevivencia del Verde –tan sorprendente como la de las cucarachas expuestas al cobalto 60– se demuestra por haber salido indemne de la andanada que profirió en su contra López Obrador en 2015, primer año en que Morena contendió electoralmente.

El 20 de mayo de ese año, en un mensaje en su página de Facebook, que todavía puede encontrarse en internet, el hoy Presidente calificó al PVEM como “franquicia de la mafia del poder” y lo acusó de ser parte de una estrategia para callar a Morena.

Mientras el PARM, el PPS, el PFCRN, el PSN, el Panal y tantos otros partidos satélites han sucumbido en el juego político, el Verde sigue campante, acumulando más de un cuarto de siglo de presencia en el escenario electoral mexicano, cobrando y gastando prerrogativas, mientras sus dirigentes brincan de una coalición a otra, evitando naufragar.

Sus credenciales como organización ecologista pueden no ser reconocidas por los principales partidos extranjeros que enarbolan esos principios, pero eso no importa: los verdes mexicanos han sorprendido por sus poderes camaleónicos para cambiar de apariencia cuando la ocasión lo hace necesario y para salir sin grandes desgracias de los múltiples escándalos que han protagonizado sus dirigentes.

BUSCAPIÉS

Pemex reconoció el pasado fin de semana lo que el diario The Wall Street Journal señaló hace un mes: que redujo sus importaciones de gasolinas en diciembre de 2018 y en enero de este año. Ese hecho, junto con una menor producción de combustibles, coincidió con el desabasto que se experimentó en estaciones de servicio de 12 estados, el cual fue atribuido por el gobierno federal a su campaña contra el robo de gasolinas. En su momento, no faltó quien acusara al diario estadunidense de inventar los datos.

 

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