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Sexto informe… y siguen sin entender

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

Por Jaina Pereyra*
 

Todos los gobiernos enfrentan por lo menos una crisis determinante durante su gestión. Las hay de diferente magnitud y naturaleza: desastres naturales, accidentes, crisis de seguridad, escándalos de corrupción, etc.

Para el gobierno de Enrique Peña Nieto, las dos crisis determinantes ocurrieron en 2014: Ayotzinapa y la Casa Blanca. Ambas fueron profundas y catastróficas. El gobierno nunca se pudo recuperar. Nunca volvió a ser el gobierno dinámico, que había logrado la aprobación histórica de reformas estructurales de gran calado, que había logrado convocar a propios y extraños.

En ambas ocasiones, la estrategia de comunicación elegida, en vez de atemperar el enojo ciudadano, sólo logró atizarlo; en parte porque nunca entendieron el origen, naturaleza y dimensiones de su error.

Por alguna razón, el equipo de comunicación del presidente Peña ha decidido recordarnos ambos episodios en los spots del sexto informe de gobierno. Habrá, supongo, intención de administrar su legado y tratar de dominar la narrativa de lo que significó este sexenio. Presentar altura de miras hablando no sólo de logros, sino también de desaciertos. Pero el equipo falla otra vez, porque sigue sin entender por qué estos episodios fueron tan determinantes.

Según el spot referente a la Casa Blanca, el presidente Peña piensa que el error de su Administración consistió en “permitir” que su esposa “diera esa explicación”. Y no porque la explicación haya sido un absurdo, sino porque era él “el que tenía la responsabilidad”. Es decir, el Presidente piensa que lo que nos molestó no es un evidente caso de corrupción, de conflicto de interés, el nombramiento de uno de sus cercanos para analizarlo (parcialmente) desde la Secretaría de la Función Pública. No, para él el problema es que no dio la cara en algo que sigue calificando como un   “asunto estrictamente legal, como además quedó debidamente acreditado con información pública y exhibida, sin tener ni siquiera necesidad de ello”. Vaya, sin tener necesidad de ello. Oquei.

Acto seguido, el spot exalta la tolerancia de este gobierno con la libertad de expresión y las opiniones. Y yo me pregunto, a quién se le habrá ocurrido combinar estos temas en un solo spot. ¿Quieren acaso implicar que las críticas por la Casa Blanca fueron toleradas? En un régimen democrático, ¿existía la posibilidad de considerar no hacerlo? Sin siquiera aludir a la consecuente salida de Carmen Aristegui de MVS, ¿debemos aplaudir el respeto a la libertad de expresión de una investigación que evidenció al gobierno? Pues muy agradecidos.

Ahora bien, el video en el que el Presidente habla de Ayotzinapa es aún peor. Inicia con la misma música que acompaña todos los videos de la serie. Una melodía atormentada que recuerda un poco el soundtrack  de “Réquiem por un Sueño”. En todos el Presidente se ve incómodo, enojado incluso. La toma no es favorecedora. Es muy raro en un Presidente que desde su candidatura a gobernador domina las cámaras como pocos, pero bueno.

El spot inicia explicando que la PGR atrajo la investigación de un tema de orden local; que ofreció una investigación “profunda y amplia”, que respondió al eco generado por “la demanda muy sentida y justa de los padres de familia por saber qué había pasado con sus hijos”. “La investigación ahí está”, pero, dice el Presidente, los padres han mostrado “negativa y el rechazo” por aceptar sus alcances. Miren, no se espera que salga a decir que la investigación ha sido cuestionada por todos los observadores externos y organismos internacionales. Pero, ¿no era mejor decir que se manejó con torpeza, que la PGR no pudo ofrecer una investigación que contara con credibilidad? ¿Jugar con los fraseos para por lo menos no responsabilizar a los padres? ¿Algo?

Y otra vez el tono autocomplaciente. Debemos agradecer que “abrieron la investigación” a la Comisión Interamericana. Debemos agradecer que, si bien la seguridad sigue siendo un desastre, por lo menos en los primeros años había disminuido tantito. Muy bien.

El gobierno deja pasar la oportunidad. Revive heridas sin intención de sanarlas. No entiende en qué consiste el agravio. Sigue sin entender la magnitud. Sigue queriendo tapar con mala narrativa algo que sólo se puede sanar reconociendo con culpa y humildad. El equipo del Presidente se equivoca en lo que pudo ser su mejor momento. Desaprovechó la oportunidad de mostrar genuina contrición después de años de gobernar desde el cinismo. Ni hablar.

 

*Especialista en discurso político.

 Directora de Discurseros SC.

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