Ciudad Solar en la Central de Abasto

Por Fadlala Akabani La política energética del presidente de México, López Obrador, busca fundamentalmente acabar con la dependencia en la generación de electricidad y transitar hacia modelos de generación de energías limpias en un marco de soberanía ...

Por Fadlala Akabani

La política energética del presidente de México, López Obrador, busca fundamentalmente acabar con la dependencia en la generación de electricidad y transitar hacia modelos de generación de energías limpias en un marco de soberanía energética.

Como parte de la Cuarta Transformación, el programa Ciudad Solar, de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, incorpora a este proceso la instrumentación de dos proyectos a nivel local de uso de energías renovables, la Central Eléctrica Fotovoltaica de la Central de Abasto y la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos para su conversión en hidrocarbón, un combustible limpio.

La Central de Abasto (CEDA) es un centro logístico de almacenamiento y distribución de alimentos avícolas, cárnicos y florales, frutas y legumbres ubicado al oriente de la ciudad, en la alcaldía Iztapalapa. Con una superficie de 3 millones 230 mil metros cuadrados dentro de un polígono cuya línea perimetral es de 7.56 kilómetros fue catalogada por la Unión Mundial de Mercados Mayoristas como el centro mayorista de venta más grande del mundo.

En la CEDA se comercializan y determinan los precios de más de 15 mil productos a nivel nacional; son generados más de 90 mil empleos y registra alrededor de 500 mil visitantes cada día. Su importancia logística aumentará significativamente con la operación de la Central Eléctrica Fotovoltaica, que contará con un área de 11 mil 856 metros cuadrados y se trata, ni más ni menos,  de la más grande del mundo dentro de una ciudad.

Contrario a las burdas conjeturas de la mezquina oposición, el gobierno de México contempla la asignación de recursos para que gobiernos estatales y municipales inviertan en el desarrollo de fuentes de energía alternativa como el Fondo para la Transición Energética y el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (FOTEASE), que da origen al presupuesto invertido en ambos proyectos.

En la Central Eléctrica Fotovoltaica serán invertidos, en la primer etapa, 400 millones de pesos para tener un campo solar urbano que permitirá cada año un ahorro por 73.5 millones de pesos, la reducción de 13,852 toneladas de emisiones de CO2 (lo absorbido por 890 mil árboles) y proveer suministro eléctrico para 440 mil usuarios exclusivamente a partir de energía solar durante los 25 años de vida útil de las celdas.

La capacidad fotovoltaica está estimada en 18 megawatts, con una generación de 27.43 gigawatts hora por año. El 11.6% de la energía producida en la CEF-CEDA será destinada para el autoabastecimiento de la Central de Abasto, el 88.4 restante podrá ser redirigida a áreas donde su demanda es alta, como el Metro o el sistema de aguas. El ahorro de recursos en el pago de tarifas eléctricas hace a la infraestructura económicamente autosostenible a partir del sexto año.

Además de la conducción técnica de la CFE, conjuntamente con el Instituto para la Seguridad de las Construcciones, se determinó la factibilidad del proyecto a nivel estructural con base en el estudio realizado en una bodega tipo, sin embargo, realizaremos este mismo estudio en todas y cada una de las bodegas involucradas en el proyecto. La ruta crítica contempla arrancar con la instalación de los paneles en octubre y concluir en junio de 2022, la infraestructura será propiedad del Gobierno de la Ciudad de México.

Por su parte, en la Planta de Residuos Sólidos, 75 toneladas de desechos orgánicos serán procesadas al día durante el pilotaje para escalar a 1,250 y 2,500 en la tercera y cuarta fase, respectivamente, para convertirse en carbón de origen vegetal, que puede ser usado en las plantas de generación carboeléctrica de la CFE. El inicio de la obra será el próximo mes de mayo y su arranque está previsto para diciembre de este mismo año y su máxima operatividad, en febrero de 2022, siendo capaz de producir 300 toneladas diarias de hidrocarbón.

La Planta de Residuos Sólidos tendrá una inversión de 300 millones de pesos e igual que la CEF-CEDA, es un proyecto autofinanciable a partir de la venta de sus productos, así como la disminución del enorme costo que tiene para el Gobierno de la Ciudad de México el manejo de los desechos urbanos, estimado en 1,500 millones de pesos al año.

Estos proyectos enriquecen y proyectan el programa ambiental de la Ciudad de México a la vanguardia nacional, además de estar en consonancia con la política energética del presidente López Obrador, la soberanía energética en cuanto a la producción y aprovisionamiento y el cuidado del medio ambiente. Cabe destacar que su implementación es producto del trabajo y coordinación institucional entre el gobierno de México a través de la Secretaría de Energía y la CFE, el Instituto de Ingeniería de la UNAM y la Secretaría de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de México.

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