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Proposiciones para la preservación del legado de Octavio Paz

Opinión del experto Comunidad

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Por Arturo Saucedo

 

Hago llegar esta modesta proposición al secretario de Cultura local, Alfonso Suárez del Real; a la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, y a la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, Lucina Jiménez. Insisto en la necesidad de proteger el legado de Octavio Paz al ejercer las facultades con las que cuentan por ley las instituciones culturales que representan, así como el fundamento de sus acciones en el marco normativo vigente, para resguardar este patrimonio en bien de la nación. Ya no puede haber razones ni pretextos para que las instituciones culturales federales y de la Ciudad de México —que por ley tienen que custodiar este valioso patrimonio— tomen posesión y dominio pleno del legado del poeta mexicano para su resguardo, investigación, promoción y preservación.

Para entrar al terreno de las propuestas es que recupero los argumentos y preocupaciones de Gabriel Zaid, integrante del grupo de amigos de Paz en El Colegio Nacional, y quien fue su colaborador en diferentes publicaciones y proyectos culturales, además de que, sin duda, es de los grandes conocedores de la poesía y el pensamiento de nuestro premio Nobel de Literatura, ¿quién mejor que él para orientar a nuestras autoridades?

Encontramos estas ideas en un ensayo que se titula El futuro de Octavio Paz, publicado en la revista Letras Libres, el 30 de abril de 1999: https://www.letraslibres.com/mexico/el-futuro-octavio-paz, y años más tarde recuperado para el libro Dinero para la Cultura (Debate 2013). Zaid publica en este ensayo sus ideas acerca del enorme significado que tiene la obra de Octavio Paz para la posteridad, pero también aborda algunos de los problemas y retos en la difusión, estudio, preservación y promoción de su obra en 1999 al cumplirse al primer aniversario de su deceso. Algunas de las propuestas de Zaid se refieren a las ediciones de la obra de Octavio Paz, misión que se ha cumplido en parte con la edición de las obras completas, pero falta establecer una política de edición de las obras que Zaid denomina orgánicas, como El laberinto de la soledad, El arco y la lira y Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe.

Queda pendiente que tengamos acceso a las grabaciones que hizo Paz en vida, además de los poemas musicalizados (como las creadas por Eduardo Gamboa, por ejemplo) y las musicalizaciones (como la compuesta por Daniel Catán a La hija de Rappaccini). Una labor que entre otras podría llevar cabalmente El Colegio Nacional, aparte de lo ya mencionado, es el Diccionario Octavio Paz. Esto, mientras se tiene en depósito el archivo del poeta y se cumplen los 25 años en 2023 para su publicación y retorno al dominio de la federación.

Existen labores de la Fundación de próxima creación: la bibliografía de la totalidad de los textos citados por Paz, un índice global de las obras completas, la concordancia de obras en prosa y verso, así como de los índices, reuniones anuales de traductores, especialistas, investigadores.

La Secretaría de Cultura federal tiene el reto de custodiar —junto con la Fundación— los derechos autorales de Octavio Paz, difundir la obra, recuperar la app del poema Blanco, así como coordinarse con la Secretaría de Cultura local para adquirir y remodelar la casa del abuelo Ireneo Paz en Mixcoac. Cito las palabras iniciales del ensayo de Gabriel Zaid: “No hay que imaginarse la posteridad como una especie de juicio final, donde, por fin, se haga justicia. Nosotros somos la posteridad de muchos autores y no somos un modelo de atención a sus méritos”.

 

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