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Milpa Alta, pieza clave para abasto y sustentabilidad de la ciudad

Opinión del experto Comunidad

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Por Guadalupe Chavira de La Rosa

Presidenta de la Comisión de Administración Pública Local del Congreso de la Ciudad de México

 

El Congreso de la Ciudad de México se alista a un nuevo reto, discutir y aprobar las leyes en materia de medio ambiente, cambio climático y desarrollo sustentable, con lo que, además de armonizarla con la Constitución y nuevos ordenamientos, se hará justicia a las zonas rurales, particularmente Tláhuac y Milpa Alta, que son las que hacen sustentable a la capital del país.

Estamos hablando de una región sumamente importante, pues se trata del corazón verde que da vida a la capital, una zona con la que tenemos una enorme deuda en materia ambiental y de desarrollo sostenible.

En mi calidad de vicepresidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica y Animal del Congreso de la Ciudad, considero que el papel de Milpa Alta durante la pandemia por covid-19 ha sido primordial, pues sus productores no han parado de trabajar para que la ciudad se abastezca y tenga productos frescos que le permitan seguir siendo sustentable.

Si bien la ciudad ha sido líder en materia de políticas ambientales, hace falta saldar la deuda que se tiene con las regiones rurales como Milpa Alta, y las reformas que en breve comenzaremos contribuirán a pagar esa deuda.

En los últimos meses, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha dado importantes pasos para reconocer la importancia de las alcaldías rurales, aumentando su presupuesto para elevar la calidad de vida de la región, no obstante, se necesitan estímulos fiscales para los productores. “Sabemos que Milpa Alta es una comunidad amiga y hermana, por ello vamos a trabajar porque la innovación hace la fuerza de un gobierno fuerte y desde el Congreso lo estaremos apoyando”.

Los diputados de la ciudad tenemos el reto de lograr un instrumento que no sólo se homologue a la legislación actual, sino que se enriquezca para que tenga una repercusión ambiental y social.

Estamos conscientes de que, desde hace más de dos décadas, hemos sido ejemplo de temas de avanzada, como la puesta en marcha del Sistema Ecobici, la colocación del bono verde, la disminución de contaminación y la prohibición de bolsas de plástico, por lo que en esta legislatura no podemos quedarnos atrás.

Ahora estamos ante un nuevo reto, del que estoy segura que saldremos bien librados, porque la pandemia de covid-19 lo que nos vino a demostrar es que podemos actuar rápido y, sin duda, el tema ambiental y de cambio climático pueden ser ejemplo de ello.

De cara a este proceso que en breve abriremos, es necesario decir que existe voluntad política para sacar adelante una nueva ley y lograr disminuir problemas como el cambio climático, los delitos ambientales, así como las violaciones de uso de suelo que se han convertido en graves problemas en algunas zonas de la ciudad.

Vale la pena recordar que los delitos ambientes en la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) crecieron 49% en los últimos cinco años, al pasar de mil 466 casos en 2015 a cinco mil 169 en 2019.

El tema es de tal relevancia, que hace unos meses presenté una iniciativa de iniciativas con el propósito de reformar la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y del Código Penal Federal para endurecer las sanciones por delitos contra el medio ambiente, gestión ambiental y biodiversidad.

 

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