Los arquitectos para la sociedad y ante la nueva Constitución de la CDMX

Por Rodolfo Flores Lara* Los arquitectos estamos plenamente convencidos de que la nueva Constitución debe de considerar en su texto las directrices centrales del ejercicio profesional de la arquitectura y el urbanismo, con las aportaciones técnicas de una manera ...

Por Rodolfo Flores Lara*

Los arquitectos estamos plenamente convencidos de que la nueva Constitución debe de considerar en su texto las directrices centrales del ejercicio profesional de la arquitectura y el urbanismo, con las aportaciones técnicas de una manera integral que mejoren las condiciones y calidad de vida de la población en el contexto social, económico, cultural y político, y estamos comprometidos a avocarnos plenamente a restablecer la convivencia humana digna, fortaleciendo el desarrollo sustentable equilibrado de la Ciudad de México y su relación directa con las localidades vecinas de los estados mediante soluciones para una Planeación Estratégica Regional.

Derivado de un análisis del contenido, la Constitución Política vigente del país y de las diferentes recomendaciones multidisciplinarias de expertos en arquitectura y urbanismo para hacer las aportaciones técnicas básicas que deben formar parte de la nueva Constitución de la Ciudad de México, los arquitectos, conscientes de nuestra vocación de servicio hacia la sociedad, nos pronunciamos ante la población.

Por ser la Ciudad de México una entidad mínima de población y territorial, en relación a las entidades de los estados vecinos, y ser impactada permanentemente en los aspectos social, económico y político en todos sus servicios de que dispone por la gran afluencia permanente de su población, razón por lo cual proponemos que:

La nueva Constitución de la Ciudad de México debe de concebirse con los preceptos de una Planeación Integral Regional que se avoque a afrontar y dar solución a los diferentes problemas y beneficios para mejorar la calidad de vida de los diferentes sectores de la sociedad.

La magnitud y alcances para garantizar y satisfacer a la población que vive y convive en la Ciudad de México, en un equilibrio ambiental y ecológico, en los aspectos y fenómenos vitales para la restitución de una vida digna, se agrava vertiginosamente y requiere incluirse como un derecho constitucional para los controles racionales y democráticos de los bienes comunes: agua, tierra, aire, bosques, fluido de energías, emisiones y desechos contaminantes.

Existe una gran complejidad y desarticulación de las vías de comunicación en el transporte terrestre público y privado, generado principalmente por un crecimiento desmesurado, anárquico, y sin una planeación integral y regulación del crecimiento urbano que impactan diariamente a la población sin distinción de clase social, económica y culturalmente en los aspectos de convivencia familiar, alto gasto económico de pasajes, la mitad de tiempo productivo de traslado al trabajo y escuela.

Razón por lo cual se propone que se incluya en la Constitución un principio para una Reestructuración Territorial Urbana de la Ciudad de México, con la finalidad de lograr un balance óptimo integral de población e infraestructura de desarrollo y servicios para una interrelación equilibrada enfocada a restituir el tejido social de la población.

La Reestructuración Territorial Urbana se podrá instrumentar mediante la creación de una secretaría de Planeación Ejecutiva que lleve a cabo el plan y los programas resultado de los profesionales especialistas y la participación democrática ciudadana.

Las constantes violaciones a las normas para el uso del suelo: vivienda, edificaciones inmobiliarias, comercios, oficinas y el desarrollo de las construcciones impuestas por las autoridades de la ciudad, propician focos de malestar en la población porque afecta la habitabilidad vecinal, impactando los diferentes servicios de fluidos, urbanos y de seguridad de las zonas: colonias, barrios, pueblos, fraccionamientos y centros históricos.

Las edificaciones que históricamente se desarrollaron en la ciudad son parte  del Patrimonio Cultural de la población, por lo que deben ser consideradas en la Constitución como sujeto de un principio social.

Tomar en cuenta para la Constitución de la Ciudad de México que la arquitectura y el urbanismo son la base de un sostén primordial que integra y forma la ciudad donde viven y se desarrollan los seres humanos para tener una vida digna, por lo que son parte de un Sistema de Planeación Integral para el Desarrollo Sustentable Amplio de una región incluyendo la conurbación metropolitana y Megalópolis, sustentados en la Ley de Asentamientos Humanos, los espacios agrícolas y naturales que prevé la coordinación de los tres niveles de gobierno.

Recordemos que en 1970 se estableció la actual división política administrativa del territorio del Distrito Federal y que albergaba a seis millones 800 mil habitantes distribuidos en las 16 delegaciones; designando por  el Presidente del país al regente del Departamento del DF y desde 1997, de acuerdo a la ley, se realizan elecciones públicas para elegir al Jefe de Gobierno y a los 16 jefes delegacionales.

En 2013, elaboré un análisis social, económico y arquitectónico-urbano publicado en Excélsior, donde expresaba que se daban las condiciones políticas objetivas y subjetivas para considerar que el Gobierno del Distrito Federal, en su Programa General de Desarrollo 2013-2018, fundamentara y motivara la Constitución del Estado 32 y así lograr su recuperación social, económica y política, y propiciar su refundación estructural.

La oportunidad de la realización de la Constitución, con la elección este 5 de junio de los que serán integrantes del Constituyente y tomarán como base la propuesta que está en proceso, elaborada por las 29 mujeres y hombres notables seleccionados por el Jefe de Gobierno, nos permitirá una reestructuración territorial y administrativa que estaría encaminada a cambiar las 16 delegaciones para crear seis regiones debidamente equilibradas integralmente en los aspectos social, económico y administrativo, tomando en consideración los municipios de  los estados vecinos dentro del marco de un Sistema de Planeación Integral para un Desarrollo Sustentable amplio de conurbación, Metropolitano y de la Megalópolis.

Para lograr lo anterior, se consideraron los siguientes aspectos, producto del análisis de los datos estadísticos oficiales de las características de la composición socioeconómica de población de las 16 delegaciones:

1.-Desbalance de la concentración y densidad de la población 2.-Las expectativas del desarrollo humano desigual 3.-La composición social y económica de los diferentes sectores de la sociedad 4.-Los niveles desbalanceados de los servicios que se brindan a la población demandante 5.-Los componentes del equipamiento urbano que existen 6.-El nivel del transporte urbano 7.-Las redes primarias y secundarias de comunicación del transporte masivo público y privado 8.-El nivel de la infraestructura de los servicios delegacionales: agua, drenaje, luz, teléfono y pavimentación  9.- El impacto económico y de tiempo en el traslado de casa al trabajo y escuela  10.- El impacto de la afluencia de la población que vive en la periferia de la Ciudad de México 11.-El nivel de la  infraestructura de salud, educación, servicios y recreación.

La Reestructuración Territorial Urbana tendría la finalidad de lograr un balance óptimo integral de la población, infraestructura de desarrollo y servicios, y así lograr una interrelación equilibrada y restituir el tejido social de la población en la conformación de las siguientes regiones:

Región Industrial: Azcapotzalco, Gustavo A. Madero.

Región Servicios: Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Coyoacán.

Región Centro: Cuauhtémoc y Venustiano Carranza.

Región Corporativa: Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Magdalena Contreras.

Región Social: Iztapalapa e Iztacalco.

Región Rural: Xochimilco, Milpa Alta y Tláhuac.

Creemos que esta propuesta formará parte de varias que serán motivo de análisis y discusión por los diputados constituyentes.

Reiteramos, los arquitectos que estamos plenamente convencidos de que la Nueva Constitución debe considerar en su texto las directrices centrales del ejercicio profesional de la arquitectura y el urbanismo con las aportaciones técnicas de una manera integral, que mejoren las condiciones y calidad de vida de la población en el contexto: social, económico, cultural y político, y estamos comprometidos a avocarnos plenamente a restablecer la convivencia humana digna, fortaleciendo el desarrollo sustentable equilibrado de la Ciudad de México y su relación directa con las localidades vecinas de los estados mediante soluciones para una Planeación Estratégica Regional.

*Vicepresidente del Colegio de Arquitectos

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