El Respeto al Derecho Colectivo: la única posibilidad de Vida en la Ciudad de México

En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 no se menciona una sola vez la palabra “aire”. La palabra “agua” está escrita 28 veces y la palabra “aguas” está escrita 24 veces.

Por Mariana Moguel Robles*

En la historia de nuestro país mucho se ha hablado de los derechos humanos individuales, del derecho ajeno. Poco se ha hablado del derecho colectivo, tema que toma la mayor relevancia en una ciudad donde los recursos son escasos, donde el espacio individual es reducido, donde lo individual no puede estar por encima de lo colectivo.

Hubiera sido extraño, innecesario y fuera de lugar que en 1800 se hablara sobre el derecho de poder respirar aire. De hecho, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 no se menciona una sola vez la palabra “aire”. La palabra “agua” está escrita 28 veces y la palabra “aguas” está escrita 24 veces.

En la tarea de escuchar y consensuar diversas ideas en este proceso constituyente, hace unos días, consternada y un poco incrédula, escuché a ingenieros y especialistas de la Sociedad Mexicana de Ingenieros decir que en la Ciudad de México se terminaría primero el aire que el agua y que, de no hacer nada, esto podría darse, según datos oficiales, en un periodo menor a dos décadas. En la medida que me fueron presentando datos duros y cifras oficiales, mi incredulidad fue disminuyendo y mi preocupación fue aumentando. Les comparto algunos de estos argumentos:

1) En el 2050 en la Zona Metropolitana del Valle de México habitarán 35 millones de personas, según la ONU.

2) La Ciudad de México tiene el peor tráfico en el mundo, con 98% de saturación en horas pico, seguida por las ciudades de Bangkok y Estambul.

3) La Ciudad de México tiene el cuarto lugar con la peor calidad de aire del mundo, según la Organización Mundial de la Salud y, según la Sedema, son los automóviles los que emiten el 98% de las emisiones de Monóxido de Carbono a la atmósfera capitalina.

4) En 30 años, los gobiernos del PRI construyeron 11 líneas del Metro, 202 Km de vías; en promedio, 7 Km de vías por año.

5) Del 2000 a la fecha, a partir de la llegada de AMLO al gobierno, sólo se construyó la línea 12 del Metro, en promedio sólo un kilómetro y medio de vía por año, línea del Metro que falló y se vio manchada por la corrupción, la incapacidad y la ineficiencia.

6) La construcción de los segundos pisos y la falta de construcción de nuevas líneas del Metro dispararon el uso indiscriminado del automóvil y, por ende, la contaminación atmosférica.

7) Del 2000 a la fecha, con la llegada de AMLO y los segundos pisos, en sólo 15 años se duplicaron los automóviles, superando a siete millones de automóviles. La predicción oficial de crecimiento estima que en los próximos seis años se volverá a duplicar el número de automóviles en la ZMVM, llegando a 13 millones para el 2020. Lo que colapsaría el transporte y duplicaría la contaminación atmosférica y, por ende, las contingencias ambientales.

8) Según la ONU–HABITAT, 77% de las inversiones en infraestructura pública en la capital de México está destinada a la construcción de obras que obligan o inducen al uso del automóvil particular, siendo “insuficiente la inclusión de una política de movilidad urbana sustentable”.

9) El Instituto de Geofísica de México asegura que la Ciudad de México se hunde de 10 a 40 centímetros por año, debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos, de los que se extrae 72% del agua que se consume en la Ciudad de México. Misma de la cual sólo la mitad se recupera por las lluvias; de continuar la sobreexplotación y el crecimiento de la ciudad, en menos de 15 años los mantos acuíferos no podrán recuperarse, generando una grave escasez de agua.

En el PRI creemos firmemente que la Constitución debe garantizar al ciudadano la posibilidad de respirar aire, aire puro, que se debe garantizar el derecho a la movilidad, el derecho al agua potable, como un derecho humano individual y como un derecho humano colectivo, de una forma sustentable, de una manera racional, que permita que los recursos alcancen para nosotros, para nuestros hijos y para las generaciones venideras.

Nuestra Ciudad de México es una urbe donde la palabra “ajeno” no es significativa, es una ciudad donde el espacio y los recursos son muy valiosos, una metrópoli donde todo lo que hacemos afecta al prójimo, todo lo que hace el prójimo nos afecta, todos estamos, de una forma o de otra, conectados.

Presidenta del Comité Directivo del PRI de la Ciudad de México

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