¿La historia es historia?

Desgraciadamente hay muchos para los que la historia no es más que un caso perdido, un sinfín de eventualidades que sólo sirven como cuentos y relatos a los cuales no se les debe dar la más mínima importancia. ¿Qué más da si ya pasó? Sin embargo, lógicamente habrá quienes se contraponen a la barbaridad, afortunadamente…

El poder de la historia para reflejar eventualidades que muy probablemente serán repetidas de forma similar o idéntica en un futuro, debe ser tomado en cuenta por las personas, principalmente por los líderes políticos y empresariales de hoy en día. Por ende, la historia debe ser considerada como una fuente de información, recopilada por la sociedad para la sociedad. Además, consultada por individuos con una actitud positiva y con el objetivo de acercarse al conocimiento. De tal forma que esta acción contribuya a mejorar el rendimiento de la sociedad a través de una mejora en el conocimiento, dado que las situaciones difíciles y de incertidumbre continúan desarrollándose en el presente y continuarán en el futuro.

Una mejora en el rendimiento que se originará debido al desarrollo de las capacidades de juicio y de las habilidades para la toma de decisiones de los líderes derivada de la adquisición del conocimiento. Resultando en un futuro próspero y de desarrollo sostenible. Reiterando que el estudio de la historia debe ser considerado como la génesis de acciones y reacciones positivas o bien estructuradas que han determinado el camino en el cual la humanidad se ha embarcado.

Por otro lado, es de crucial importancia el comprender de inicio a fin los eventos que se reflejan en la historia y, adicionalmente, analizarlos y tomarlos en cuenta como fuentes legítimas de información confiable, reunida por la misma humanidad y una gran variedad de experiencias personales.

Finalmente los eventos históricos que se pueden comprender fácilmente y que representan una conclusión positiva hacia una situación presencial, desde una perspectiva social, deben de ser considerados por los líderes actuales como formas estandarizadas de acción. Sin excluir aquellos eventos históricos que reflejen similitudes, mas no sean idénticos en su totalidad, y sin excluir aquellos que sean complejos, ya que las soluciones complejas también contribuyen positivamente al conocimiento.

                * Fernando José Berdegué de Cima

Master in International Management

(MIM)/Junior MBA