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AMLO. El costo de una locura

Luis de la Barreda Solórzano

Luis de la Barreda Solórzano

El más reciente libro de Pablo Hiriart empieza del mejor modo posible: invita a Shakespeare a ser testigo del desastre. El lector (yo) queda atrapado. El enorme dramaturgo inglés está entre nosotros observando con mirada atónita a las víctimas que aplauden la destrucción de su futuro y vitorean el frenesí demencial que nos arroja décadas atrás.

Shakespeare ve el tronco de un guarumbo derribado en la selva maya por donde pasará un tren de 500,000 millones de pesos sin pasajeros; contempla los manglares destruidos en Dos Bocas para poner una refinería de 400,000 millones de pesos sobre un pantano; se sienta en la banca de escuela a la que iban niños a estudiar y a comer nutritivo y variado, y ahora llegan, sin más alimento en el estómago que una tortilla con sal, a escuchar a un profesor que tiene la instrucción de enseñarles a odiar a otros niños; observa el pozo negro donde se tiraron un billón 300,000 millones de pesos para que México pierda aún más dinero.

Shakespeare recorre hospitales insalubres, sin medicinas, y ve filas de pobres afuera de farmacias privadas para ser atendidos a cambio de comprar ahí los antibióticos que, hasta hace poco, tenían gratis; pasea cabizbajo sobre un aeropuerto que le daría al país miles de millones de pesos cada año y, en lugar de ello, los mexicanos pagan esos miles de millones con la única finalidad de destruirlo. En un puesto de periódicos se fija en las encuestas que confirman el apoyo mayoritario al partido gobernante para que siga en el poder y consume la destrucción de un gran país.

El dramaturgo, entonces, saca de la bolsa de su levita un manuscrito de El rey Lear y subraya la línea que escribió hace más de 400 años: “Calamidad de los tiempos cuando los locos guían a los ciegos”. Hiriart recuerda a Emerson, quien alertó de la inutilidad de los argumentos para convencer a los que no quieren oír: tal parece que la verdad surgida de la observación y la evidencia está condenada a la derrota frente al poder hipnótico de la mentira.

¿Exagera Pablo? No, a lo largo de los ocho capítulos de AMLO. El costo de una locura documenta la catástrofe que ha causado el gobierno de López Obrador. El obradorato es el peor sexenio del México reciente. No lo dice desde la ideología, sino desde las cifras: el país ha perdido en estos años 2 billones 520,000 millones de pesos.

Hay costos aún mayores, y mucho más dolorosos, que el económico. 758,000 mexicanos muertos por los errores del Presidente para proteger a la población de la crisis de covid-19. 30 millones de mexicanos sin acceso a los servicios de salud por la desaparición del Seguro Popular. El dinero para la salud se lo llevaron al tren, al pozo negro de Pemex, a la destrucción del aeropuerto y a la compra de votos vía programas sociales consistentes en efectivo y condicionados al apoyo al partido del Presidente.

También es descomunal el daño en educación. En la era de la robótica y la inteligencia artificial un estudiante necesita desarrollar capacidad analítica, capacidad de juicio, capacidad interpretativa, capacidad de razonar, conocimiento de idiomas, empezando por el suyo, el español. De acuerdo con la prueba de PISA, sólo uno de cada cien estudiantes mexicanos de 15 años es capaz de distinguir entre un hecho y una opinión después de leer un texto corto. Esos jóvenes, condenados a la ignorancia, ¿en qué van a trabajar, de qué van a vivir?

El Presidente abomina, lo ha repetido muchas veces, de los aspiracionistas, de quienes se preparan mejor, y no quiere que los pobres dejen de serlo porque entonces dejarían de ser votantes cautivos. ¿Qué mejor, entonces, que una educación deficiente en la que, además, se fomente el resentimiento social?

Además de las cifras y los análisis del autor, el libro se enriquece con esclarecedoras entrevistas a Aurelio Nuño sobre educación, a Enrique Ochoa sobre energía y a José Carreño Carlón sobre la situación de las libertades democráticas.

Al ir leyendo esas páginas no puede evitarse un regusto amargo. No es que nos sorprenda lo que allí se expone, pues hemos sido testigos de la destrucción emprendida por López Obrador y su equipo, pero no deja de afligir repasarla, conocer las cifras precisas de la demolición, volver a reconocer, ¡agggh!, que esta calamidad tiene partidarios y probabilidad de prolongarse.

 

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