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Una familia peculiar

Lucero Solórzano

Lucero Solórzano

30-30

Llega a las carteleras otra película del pasado Tour de Cine Francés, titulada en español Una familia peculiar, y en francés, Cigarettes et chocolat chaud-Cigarros y chocolate caliente (Francia, 2016). Es la primera película que hace como directora Sophie Reine, quien también coescribe el argumento con Gladys Marciano.

Se trata de una pequeña comedia familiar, ligera, muy emotiva, con la que se pasa un rato agradable. En apariencia superficial, Una familia peculiar tiene un trasfondo que mueve a la reflexión y a pensar un rato en ella.

La historia se inicia en la secuencia de créditos con música de David Bowie. Una adolescente de aspecto hippie participa de manera apasionada en una protesta contra el gobierno en turno. El tiempo pasa y conoce a un joven, tienen una hijita y siguen siendo los más entusiastas participantes de las manifestaciones.

Cuando la secuencia de créditos termina encontramos al papá, Denis, interpretado por Gustave Kervern, a quien el personaje le queda a la medida, viviendo con sus hijas preadolescentes, Janine, nerviosa y llena de tics (Héloïse Dugas), y Mercredi (Fanie Zanini). Por alguna razón que conoceremos después la mamá no está presente.

El ambiente familiar es feliz y amoroso. En medio de desorden, falta de organización y de limpieza, Denis ha formado a sus hijas como ha podido, son su eje de rotación. Probablemente por pasar tanto tiempo protestando, Denis no alcanzó a construir una situación estable. Trabaja en una tienda de mascotas y “dobletea” por las noches en una sex shop.

Janine y Mercredi son felices así. Ambas tienen una imaginación desbordante, adoran a Denis, pero tienen carencias en su educación y desarrollo que el papá no ha podido proporcionarles.

Lo que para otros compañeros de la escuela es hasta desagradable, para ellas es normal y viven la vida sin cuestionarse si hablar o actuar de una forma poco común está bien o mal. Para Denis es difícil cuidarlas, pues sus dos trabajos le absorben todo el día, sin embargo, ellas se las ingenian para pasar sus días de la mejor manera.

Pero la irregularidad de la situación trasciende y reciben la visita de una trabajadora social, Séverine (Camille Cottin), quien detecta que el ambiente en el que se desarrollan las niñas es totalmente inadecuado y ordena a Denis que tome un “curso de paternidad” si no quiere perder la custodia de las dos.

Una familia peculiar es una suerte de fábula acerca del amor de un papá por sus hijas que lo ha llevado a sobreprotegerlas y, por otro lado, desatender, sin darse cuenta, detalles sobre su educación y su desarrollo como mujeres.

Llega a sentirse un poco dulzona en algunas secuencias que pueden parecer hasta fantasiosas, pero eso es lo que la hace también una fábula que al final nos deja con buen sabor de boca y habiendo pasado un rato entretenido.

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