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Morena. Alerta de Cisma

Leticia Robles de la Rosa

Leticia Robles de la Rosa

El 2021 será un año con tres constantes temas: el combate al covid-19 y los planes de recuperación económica; las elecciones estatales y federales y, además, la relación con el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Sin duda, el principal protagonista será Morena, tanto como partido político como sistema de gobierno. Tiene el reto de ganar las elecciones y ejercer un gobierno que ayude a la recuperación económica, así como de garantizar las vacunas para toda la población, sin pretender ventajas electorales ni chantajes políticos.

Morena, sin embargo, no empieza el año con las mejores condiciones internas, pues los saldos de la elección de sus 15 candidatos a las gubernaturas dejan ver la estela de inconformidades de los grupos políticos que se sienten excluidos y que se identifican con el ala más radical del partido.

Grupos que desde el mismo momento del anuncio de los candidatos mostraron inconformidades en los estados de Nayarit, Sinaloa, Nuevo León, Tlaxcala, Colima y Guerrero, entidad esta última donde hay quienes hablan de un quiebre de la corriente que llevó al Movimiento Regeneración Nacional a avasallar en las urnas hace dos años.

Los moderados tienen de abanderados en Baja California a Marina del Pilar Ávila, mujer cercana al gobernador Jaime Bonilla; en Baja California Sur, a Víctor Manuel Castro, un hombre muy cercano a Andrés Manuel López Obrador, el Presidente de la República; en Campeche, a Layda Sansores, quien también es de las más cercanas al mandatario federal; en Chihuahua, a Juan Carlos Loera; en Colima, a Indira Vizcaíno, y en Tlaxcala, a Lorena Cuéllar. Las últimas tres personas mencionadas trabajaron muy de cerca con Gabriel García Hernández, Coordinador General de Programas Integrales de Desarrollo, hombre de la entera confianza del Presidente de la República.

En Guerrero está Félix Salgado, también viejo conocido del Presidente y quien junto con Miguel Ángel Navarro, candidato a la gubernatura de Nayarit, y Rubén Rocha, abanderado para gobernar Sinaloa, hizo equipo con el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, identificado en el ala de los moderados de Morena.

Miguel Ángel Navarro y Félix Salgado iniciaron como senadores en el ala de los radicales, pero desde el año pasado comenzaron a trabajar más con Monreal.

En la lista de los moderados que lograron una candidatura para gobernar su estado figuran David Monreal para Zacatecas y Alfonso Durazo para Sonora; ambos excolaboradores del Presidente de la República en sus primeros años de gobierno.

Clara Luz Flores, en Nuevo León, era priista hasta hace unos meses; es decir, su perfil es de una política moderada, como lo es también Celia Maya, candidata al gobierno de Querétaro.

Sólo Raúl Morón Orozco pertenece a las filas de los llamados radicales.

Morón viene de la combativa sección 18 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), es decir, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), incluso fue su dirigente y desde el año 2017 fue parte del grupo de los entonces senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que renunciaron a ese partido para irse con Morena.

Los moderados, con Mario Delgado como presidente nacional, tienen el máximo poder en Morena y ahora suman a la mayoría de los candidatos a las gubernaturas, pero los radicales tienen incidencia en las bases históricas de militantes de Morena y eso puede hacer la diferencia si los resultados se cierran en los comicios del 6 de junio.

Porque frente a Morena está una alianza inédita entre los tres partidos que fueron los más poderosos del país: PRI, PAN y PRD, los cuales están dispuestos a frenar el poder de los morenistas en los estados y en la Cámara de Diputados.

En todo el mundo, la definición de los candidatos genera inconformidades, pero es ahí cuando un partido político muestra sus talentos para evitar rupturas.

Operación Cicatriz le llamaron en el PRI durante años a la tarea de cerrar heridas políticas para evitar desbandadas o quiebres internos.

Hoy, ante esta alerta de cisma, Morena tiene el reto de realizar una Operación Cicatriz eficiente. Su futuro electoral y su fuerza como gobierno depende de ello.

 

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