Transformers: El último caballero

A lo largo de los años, el hombre y los Transformers han sabido convivir en armonía, luego de que los autobots vencieran a los Decepticons. Sin embargo, todo está a punto de dar un giro de 180 grados, la tierra peligra y al parecer Optimus está al tanto. Con nuevos personajes que se unirán a la causa de Cade Yeager, la llave para salvar el planeta está enterrada en los secretos del pasado, en la historia oculta de los Transformers en la Tierra, marcada por la época medieval. Ahora, salvar el mundo está en manos de una alianza única: un puñado de autobots, de un americano y un par de ingleses, quienes serán la clave para luchar por una misma causa.

   Con un buen as bajo la maga, la cinta vuelve a captar la atención para conocer el meollo del asunto. Asimismo, en cuanto a personajes se puede resaltar la contraposición del salvajismo propio del americano antepuesto con las buenas costumbres de los ingleses. Ambas fusiones son la clave para encender el motor, además se cuenta con un personaje para el público latino, como lo es Izabella.

    A nivel visual, y como se ha hecho costumbre, no hay reproche alguno en sus locaciones, Londres luce en su esplendor. Tampoco se puede criticar su manufactura, aunque sí en su montaje, se vuelven a abigarrar varios efectos especiales en escenas que de repente carecen de sentido, alargando así una historia que no tiene mucho guión, el balance entre ambos elementos vuelve a tambalear.

    A una década de haber visto la primera entrega, la saga vuelve a desenvainar su espada, pero no se emprende totalmente una cruzada satisfactoria. Cuando todo parecía que la gracia sería su aliado, de nueva cuenta se recurre a peleas largas y llenas de artilugios innecesarios, llegando a ser cansina, además de algunos gags y accesorios que terminan siendo innecesarios. Lo más óptimo sería concluir la franquicia, pero, según el final, se avecina una nueva entrega.

Adrián Ruiz

DIRIGE

Michael Bay.

ACTÚAN

Mark Wahlberg, Anthony Hopkins e Isabela Moner.